Flameng

François Flameng


 Francia | 1856-1923




1888 | 32 años
Baño de las damas de la corte
Óleo sobre tabla.
Hermitage. San Petersburgo
90 x 115 cm.



1890 | 34 años
En el Circo Fernando
Óleo sobre lienzo.
Colección particular




1892 | 36 años
El carnaval de Venecia
Óleo sobre tabla.
Colección particular
81 x 110 cm.



1894 | 38 años
Jean Grolier en la casa de Aldus Manutius
Óleo sobre lienzo.
Collection of the Grolier Club. Nueva York




Biografía:
    Pintor francés nacido en París. Hijo del famoso grabador Leopold Flameng, de quien recibió su primera formación, fue alumno de Alexandre Cabanel, Pierre Hédouin y Jean-Paul Laurens en la Academia de Bellas Artes de París. Pintor de temas históricos, retratos, escenas de género y paisajes, dibujante y grabador, expuso por primera vez en el Salón de París en 1873. En 1889, recibió el Gran Premio en la Exposición Universal. Muy apreciado por el público, realizó retratos de personajes importantes, incluyendo a Victor Hugo, Camille Desmoulins, y la reina Alexandra. Viajó a Italia con Jean-Léon Gérôme y Victor Clairin, y fue tutor del pintor Paul-Émile Bécat. Entre 1893 y 1902 realizó pinturas de la historia napoleónica más tradicionales. Participó en la decoración de la nueva sala Favart de la Opera Cómica de París, donde ejecutó los grandes frescos en compañía de otros artistas como Constant, Gervex, Merson y Maignan. En 1914, fue uno de los primeros artistas en unirse a las misiones armadas como pintor oficial, en los campos de batalla de la I Guerra Mundial. En el frente, hizo muchos bosquejos que reanudaría con posterioridad. La fuerza expresiva de su arte estaba destinada a levantar el espíritu patriótico y la determinación de luchar contra un enemigo que era capaz de cometer sus fechorías en tierra francesa. Pero Flameng no ocultó en ningún momento las crueldades de la contienda, los muertos en las trincheras, los heridos, los paisajes y edificios devastados por los bombardeos y las llamas, etc. El impacto que causaron sus obras fue enorme, dado que a principios del siglo XX la gente no estaba tan acostumbrada a este tipo de escenas de horror. Pese al éxito no todos lo apreciaron y ciertos críticos ridiculizaron su obra por ser demasiado realista y no incluir el drama heroico. Echaban en falta la parte gloriosa que según ellos tenía la guerra, tal como las cargas de caballería con las banderas desplegadas o victoriosos asaltos a las líneas alemanas.  © El Rincón de Byron



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