Rousseau

Henri Rousseau


 Francia | 1844-1910




1890 | 46 años
Yo mismo
Óleo sobre lienzo.
The National Gallery. Praga
143 x 110 cm.



1892 | 48 años
El Centenario de la Independencia
Óleo sobre lienzo.
Getty Center. Los Angeles
110 × 57 cm.



1894 | 50 años
La Guerra
Óleo sobre lienzo.
Museo de Orsay. París
114 x 195 cm.



1897 | 53 años
La gitana dormida
Óleo sobre lienzo.
MoMA. Nueva York
139.5 x 200.7 cm.



1907 | 63 años
La encantadora de serpientes
Óleo sobre lienzo.
Museo de Orsay. París
169 x 189.5 cm.



1908 | 64 años
Vue du pont de Sèvres
Óleo sobre lienzo.
Hermitage. San Petersburgo
81 × 100 cm.



1909 | 65 años
Florero con una rama de hiedra
Óleo sobre lienzo.
Albright-Knox Art Gallery. Buffalo
45.4 x 32.7 cm.



1910 | 66 años
El sueño
Óleo sobre lienzo.
Colección Nelson Rockefeller
204.5 x 298.5 cm.



Biografía:
    Pintor francés conocido como el Aduanero. Artista autodidacta, está considerado uno de los pintores naïfs más notables. Sus colores fuertes, diseños planos y contenidos imaginativos, fueron ensalzados e imitados por los pintores europeos modernos. Nació en Laval, hijo de un hojalatero. Abandonó la enseñanza secundaria para realizar el servicio militar, durante el que estableció contacto con algunos soldados que habían regresado de México después de la campaña francesa en apoyo del emperador Maximiliano, que reinaba en este país. Sus descripciones inspiraron la exuberancia de las intensas escenas de selva que van a constituir el contenido de muchas de las pinturas de Rousseau. Después de licenciarse, obtuvo un empleo en la oficina municipal de recaudación de arbitrios de París, de ahí su apodo, aunque nunca fue aduanero. Al jubilarse en 1885, se dedicó por entero a la pintura. Aunque careció de una formación académica, Rousseau manifestó muy pronto una gran destreza en sus composiciones y en el uso del color. Desde 1886, en que expuso su obra en el Salón de los Independientes, despertó la admiración de los pintores contemporáneos, Paul Gauguin y Georges Seurat. Después de pintar sobre todo retratos y escenas parisinas, comenzó en la década de 1890 a realizar composiciones muy originales, llenas de fantasía. Son los cuadros de su estilo más maduro que representan típicas escenas tropicales con figuras humanas en reposo o en movimiento, junto a bestias misteriosamente encantadas en una quietud activa. El sueño (1910) muestra a una figura desnuda recostada cerca de leones y otros animales feroces, en una selva de colores vivos, llena de enormes plantas. En La gitana dormida (1897), una mujer duerme plácidamente en un desierto mientras un león, con su cola en movimiento, la examina lleno de curiosidad. Estas obras, así como El león en la selva (1904-1906), se conservan en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.  © M.E.



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