Leonardo

Leonardo da Vinci


 Italia | 1452-1519




1473 | 21 años
Paisaje del valle del Arno
Dibujo a pluma.
Galería de los Uffizi. Florencia




1475 | 23 años
Anunciación
Óleo sobre tabla.
Galería de los Uffizi. Florencia
98 x 217 cm.



1476 | 24 años
Ginebra de Venci
Óleo sobre tabla.
National Gallery of Art. Washington
38.8 x 36.7 cm.



1478 | 26 años
Virgen del Clavel
Óleo sobre lienzo.
Alte Pinakothek. Munich
42 x 67 cm.



1478 | 26 años
Madonna Benois
Óleo sobre tabla pasado a lienzo.
Hermitage. San Petersburgo
49.5 x 31.5 cm.



1481 | 29 años
La adoración de los Magos
Óleo y temple sobre tabla.
Galería de los Uffizi. Florencia
243 x 246 cm.



1482 | 30 años
San Jerónimo
Óleo sobre tabla.
Pinacoteca Vaticana. Roma
103 x 75 cm.



1484 | 32 años
La dama del armiño
Óleo sobre tabla.
Galería Czartoryski. Cracovia
54 x 39 cm.



1485 | 33 años
Retrato de un músico
Óleo sobre tabla.
Pinacoteca Ambrosiana. Milán
43 x 31 cm.



1486 | 34 años
El Tornillo aéreo
Dibujo.
British Museum. Londres




1486 | 34 años
La Virgen de las rocas
Óleo sobre tabla.
Museo del Louvre. París
199 x 122 cm.



1490 | 38 años
Estudio de un caballo
Plata sobre papel.
Royal Librarian. Londres
25.0 x 18.7 cm.



1490 | 38 años
El Hombre de Vitruvio
Dibujo.
Galería de la Academia. Florencia
34.2 x 24.5 cm.



1498 | 46 años
La última cena
Fresco.
Santa María delle Grazie. Milán
460 x 880 cm.



1499 | 47 años
Sala delle Asse
Fresco.
Castello Sforzesco. Milán




1500 | 48 años
Salvator Mundi
Óleo sobre nogal.
Colección particular
65.6 x 45.4 cm.



1500 | 48 años
Estudio retrato Isabel de Este
Tiza sobre papel.
Museo del Louvre. París
63 x 46 cm.



1501 | 49 años
Virgen de la rueca
Óleo sobre lienzo.
Colección particular
50.2 × 36.4 cm.



1502 | 50 años
La Gioconda
Óleo sobre tabla.
Museo del Louvre. París
77 x 53 cm.



1505 | 53 años
Cartón de Burlington House
Tiza.
National Gallery. Londres
141.5 x 104.6 cm.



1505 | 53 años
La Batalla de Anghiari
Óleo sobre tabla.
Colección particular. Múnich
85 x 115 cm.



1506 | 54 años
La Virgen de las Rocas (2ª versión)
Óleo sobre tabla.
National Gallery. Londres
189.5 × 120 cm.



1510 | 58 años
Leda y el cisne
Óleo sobre tabla.
Galleria Borghese. Roma
112 x 86 cm.



1513 | 61 años
Anciano pensativo
Dibujo.
Colección particular




1513 | 61 años
La Virgen, el Niño Jesús y Santa Ana
Óleo sobre poplar.
Museo del Louvre. París




1515 | 63 años
Baco
Temple y óleo sobre tabla pasando por lienzo.
Museo del Louvre. París
177 x 115 cm.



1516 | 64 años
San Juan Bautista
Óleo sobre tabla.
Museo del Louvre. París
69 × 57 cm.



1516 | 64 años
Autorretrato
Tiza.
Palacio Real. Turín
33.3 x 21.3 cm.



Biografía:
    Artista florentino y uno de los grandes maestros del renacimiento, famoso como pintor, escultor, arquitecto, ingeniero y científico. Su profundo amor por el conocimiento y la investigación fue la clave tanto de su comportamiento artístico como científico. Sus innovaciones en el campo de la pintura determinaron la evolución del arte italiano durante más de un siglo después de su muerte, sus investigaciones científicas —sobre todo en las áreas de anatomía, óptica e hidráulica— anticiparon muchos de los avances de la ciencia moderna. Leonardo nació el 15 de abril de 1452 en el pueblo toscano de Vinci, próximo a Florencia. Hijo de un rico notario florentino y de una campesina, a mediados de la década de 1460 la familia se instaló en Florencia, donde Leonardo recibió la más exquisita educación que esta ciudad, centro artístico e intelectual de Italia, podía ofrecer. Leonardo era elegante, persuasivo en la conversación y un extraordinario músico e improvisador. Hacia 1466 acude a formarse al taller de Andrea del Verrocchio, figura principal de su época en el campo de la pintura y escultura. Junto a éste, Leonardo se inicia en diversas actividades, desde la pintura de retablos y tablas hasta la elaboración de grandes proyectos escultóricos en mármol y bronce. En 1472 entra a formar parte del gremio de pintores de Florencia y en 1476 todavía se le menciona como ayudante de Verrocchio, en cuya obra El bautismo de Cristo (c. 1470, Uffizi, Florencia), pintó el ángel arrodillado de la izquierda y el paisaje de matices neblinosos. En 1478 Leonardo alcanzó la maestría. Su primer encargo, un retablo para la capilla del Palazzo Vecchio, del ayuntamiento florentino, no llegó a ejecutarse. Su primera gran obra, La adoración de los Magos (Uffizi), que dejó inacabada, se la encargaron los monjes de San Donato de Scopeto, cerca de Florencia, hacia 1481. Otras obras de su etapa juvenil son la denominada Madonna Benois (c. 1478, Ermitage, San Petersburgo), el retrato de Ginebra de Benci (c. 1474, Galería Nacional, Washington) y el inacabado San Jerónimo (c. 1481, Pinacoteca Vaticana). En 1482 Leonardo entra al servicio de Ludovico Sforza, duque de Milán, tras haberle escrito una carta en la que el artista se ofrecía como pintor, escultor, arquitecto, además de ingeniero, inventor e hidráulico y donde afirmaba que podía construir puentes portátiles, que conocía las técnicas para realizar bombardeos y el cañón, que podía hacer barcos así como vehículos acorazados, catapultas y otras máquinas de guerra y que incluso podía realizar esculturas en mármol, bronce y terracota. De hecho, sirvió al duque como ingeniero en sus numerosas empresas militares y también como arquitecto. Además, ayudó al matemático italiano Luca Pacioli en su célebre obra La divina proporción (1509). Existen evidencias de que Leonardo tenía discípulos en Milán, para los cuales probablemente escribió los textos que más tarde agruparía en su Tratado de pintura (1651). La obra más importante del periodo milanés son las dos versiones de la Virgen de las rocas (1483-1485, Louvre, París, década de 1490-1506-1508, National Gallery, Londres), donde aplica el esquema compositivo triangular que encierra a la Virgen, el Niño, san Juan y el ángel, y por otro lado, utiliza por primera vez la técnica del sfumato.

De 1495 a 1497 trabaja en su obra maestra La última cena, pintura mural para el refectorio del monasterio de Santa Maria delle Grazie, Milán. Desgraciadamente, su empleo experimental del óleo sobre yeso seco provocó problemas técnicos que condujeron a su rápido deterioro hacia el año 1500. Desde 1726 se llevaron a cabo intentos fallidos de restauración y conservación y en 1977 se inició un programa haciendo uso de las más modernas tecnologías, como consecuencia del cual se han experimentado algunas mejoras. Aunque la mayor parte de la superficie original se ha perdido, la grandiosidad de la composición y la penetración fisionómica y psicológica de los personajes dan una vaga visión de su pasado esplendor. Durante su larga estancia en Milán, Leonardo también realizó otras pinturas y dibujos (la mayoría de los cuales no se conservan), escenografías teatrales, dibujos arquitectónicos y modelos para la cúpula de la Catedral de Milán. Su mayor encargo fue el monumento ecuestre en bronce a tamaño colosal de Francesco Sforza, padre de Ludovico, para su ubicación en el patio del castillo Sforzesco. Sin embargo, en diciembre de 1499, la familia Sforza fue expulsada de Milán por las tropas francesas. Leonardo dejó la estatua inacabada (fue destruida por los arqueros franceses que la usaron como diana) y regresó a Florencia en 1500. De esta primera etapa milanesa también cabe citar algunos retratos femeninos como el de La dama del armiño (Museo Czartoryski, Cracovia). Durante su estancia en Florencia, viaja un año a Roma. En 1502 Leonardo entra al servicio de César Borgia, duque de Romaña, hijo del papa Alejandro VI. En su calidad de arquitecto e ingeniero mayor del duque, Leonardo supervisa las obras en las fortalezas de los territorios papales del centro de Italia. En 1503, ya en Florencia, fue miembro de la comisión de artistas encargados de decidir sobre el adecuado emplazamiento del David de Miguel Ángel (1501-1504, Academia, Florencia), y también ejerció de ingeniero en la guerra contra Pisa. Al final de este año comenzó a planificar la decoración para el gran salón del Palacio de la Signoria con el tema de la batalla de Anghiari, victoria florentina en la guerra contra Pisa.

Realizó numerosos dibujos y completó un cartón en 1505, pero nunca llegó a realizar la pintura en la pared. El cartón se destruyó en el siglo XVII, conociéndose la composición a través de copias como la que realizó Petrus Paulus Rubens. Durante su segundo periodo florentino, Leonardo pintó varios retratos, pero el único que se ha conservado es el de La Gioconda (1503-1506, Louvre, París), el retrato más famoso de toda la historia de la pintura, también conocido como Monna Lisa, al identificarse a la modelo con la esposa de Francesco del Giocondo que llevaba ese nombre, aunque se han barajado varias hipótesis sobre su verdadera identidad. Si algo merece destacarse de forma especial es la enigmática sonrisa de la retratada. Parece ser que Leonardo sentía una gran predilección por esta obra ya que la llevaba consigo en sus viajes. En 1506 Leonardo regresó a Milán al servicio del gobernador francés Carlos II Chaumont, mariscal de Amboise. Al año siguiente fue nombrado pintor de la corte de Luis XII de Francia, que residía por entonces en la ciudad italiana. Durante los seis años siguientes Leonardo repartió su tiempo entre Milán y Florencia, donde a menudo visitaba a sus hermanastros y hermanastras y cuidaba de su patrimonio. En Milán continuó sus proyectos de ingeniería y trabajó en el monumento ecuestre de Gian Giacomo Trivulzio, comandante de las fuerzas francesas en la ciudad. Aunque el proyecto no se llegó a finalizar, se conservan dibujos y estudios sobre el mismo. De esta misma época parece ser la segunda versión de la Virgen de las rocas y Santa Ana, la Virgen y el Niño (c. 1506-1513, Louvre, París). Desde 1514 a 1516 Leonardo vivió en Roma bajo el mecenazgo de Giuliano de Medici, hermano del papa León X. Se alojaba en el Palacio del Belvedere en el Vaticano, ocupándose fundamentalmente de experimentos científicos y técnicos. En 1516 se traslada a Francia a la corte de Francisco I, donde pasó sus últimos años en el castillo de Cloux, cerca de Amboise, en el que murió el 2 de mayo de 1519. A causa de que ninguno de los proyectos escultóricos de Leonardo fue finalizado, el conocimiento de su arte tridimensional sólo puede hacerse a través de sus dibujos. Idénticas consideraciones pueden aplicarse a su arquitectura. Sin embargo, en sus dibujos arquitectónicos, demuestra maestría en la composición de masas, claridad de expresión y fundamentalmente, un profundo conocimiento de la antigüedad romana. Un creador en todas las ramas del arte, un descubridor en la mayoría de los campos de la ciencia, un innovador en el terreno tecnológico, Leonardo merece por ello, quizá más que ningún otro, el título de Homo universalis.  © M.E.



Su obra literaria en El Poder de la Palabra



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