Marín

Francisco Marín Bagüés


 España | 1879-1961




1914 | 35 años
El Pan Bendito
Óleo sobre lienzo.
Colección particular




1919 | 40 años
Las tres edades
Óleo sobre lienzo.
Colección particular




1938 | 59 años
Los placeres del Ebro
Óleo sobre lienzo.
Museo de Zaragoza




1955 | 76 años
La Jota
Óleo sobre lienzo.
Museo de Zaragoza




Biografía:
    Pintor español nacido en Leciñena. Inició el aprendizaje de la pintura en el estudio de Mariano Oliver y en la Escuela de Artes Industriales de Zaragoza. En 1903 ingresó en la Escuela Superior de Bellas Artes de Madrid, completando posteriormente, desde 1909 a 1912, su formación artística en Roma y Florencia, al obtener mediante oposición la plaza de pensionado por la Diputación de Zaragoza. Hasta esos años Marín Bagüés había destacado entre los pintores aragoneses por la expresiva sinceridad en la interpretación de los tipos y costumbres del mundo rural de Aragón y por su técnica del recio colorido y amplios empastes abreviadores del detalle. Al regresar de Italia traía consigo el prestigio de sus dos cuadros de historia, enviados como pensionado: Santa Isabel de Portugal (Roma, 1910) y Los Compromisarios de Caspe (Florencia, 1912) y, además, una provechosa amalgama de ideas tomadas de vanguardias artísticas como el modernismo centroeuropeo y el futurismo italiano. Durante los años inmediatos a su vuelta, completará sus éxitos con el nombramiento de conservador del recién inaugurado Museo de Bellas Artes, donde establecerá definitivamente su estudio particular, y con abundantes encargos artísticos, especialmente retratos. Pero su brillante biografía se quebrará a consecuencia de frustraciones personales y de una grave crisis de salud. A partir de 1916 se encerrará en sí mismo, dedicado a un testimonial y solitario trabajo de experimentación de otras técnicas artísticas, como el grabado y el modelado escultórico, y a la incorporación estética de anteriores fórmulas vanguardistas que enriquecerán el contenido figurativo de sus cuadros, como en el monumental de La Jota (1932), donde logra una feliz interpretación de las figuras en movimiento mediante la descomposición en planos simultáneos de color, siguiendo procedimientos del neocubismo de Delaunay. En sus años finales, volverá a revivir estas ideas del dinamismo incorporando, además, un colorido de vibrantes amarillos y ocres, en cuadros como Carrera de pollos (1953) y Acarreo de mies (1955). A sus obras representativas de la pintura regionalista aragonesa hay que añadir también una abundante producción de retratos en los años de la postguerra y numerosos apuntes de paisajes y bocetos para ambiciosos proyectos de decoración mural.  © GEA



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