El águila y la gallina (fragmento)Leonardo Boff
El águila y la gallina (fragmento)

"El midrash-haggadá del águila y de la gallina y las reflexiones que hicimos anteriormente suscitan preguntas que piden aclaraciones. Preguntas que pertenecen a la agenda permanente del ser humano.
¿Por qué el águila cayó de su nido y quedó herida? ¿Por qué fue reducida a la condición de gallina? ¿Por qué los humanos somos seres inestables y decadentes?
El aguilucho tuvo la suerte de encontrar un buen samaritano que le ayudó a recuperar los sentidos y a curarse completamente.
¿Cuál es la importancia de la solidaridad, de la compasión y de la sinergia en la construcción de lo humano?
Fue indispensable que alguien despertase al águilagallina para encenderle de nuevo el fuego interior de su identidad. ¿Cuál es la función de la concienciación en el proceso de individualización?
El sol despertó en el águila su identidad. ¿Cuál es la importancia de la irrupción del Sol y de la experiencia de lo Numinoso para la persona?
El águila, plenamente águila, voló tan alto que se fundió con el azul del firmamento. ¿Cuál es el cuadro final del proyecto humano? ¿Cuál el fin de su incansable búsqueda?
Aquí, héroe/heroína tiene poco que ver con los estereotipos tradicionales que reducen el héroe/heroína al combatiente de guerra y a las acciones valerosas que en ella realiza. Y menos todavía con los héroes/heroínas de las novelas de la literatura y de la televisión.
En nuestra reflexión, héroe/heroína es cada persona que asume la vida tal como se presenta: con caos y cosmos, con orden y desorden, con realizaciones y frustraciones, con un agujero interior del tamaño de Dios.
Héroe/heroína constituye también un arquetipo del inconsciente colectivo, presente y actuante dentro de cada uno de nosotros. En una compresión psicoanalítica, arquetipos son grandes símbolos, paradigmas, patrones de comportamiento, acumulados en nuestro inconsciente personal y colectivo desde los primeros albores del espíritu. Ellos nos orientan en la forma de experimentar las realidades vividas y sentidas.
Los arquetipos son siempre ambivalentes: positivos y negativos. Vienen cargados de emoción y de fascinación, por eso algunos los representan como dioses y diosas, guías interiores. Hablan dentro de nosotros mediante sueños, fantasías y representaciones mentales.
Y fuera de nosotros, a través de mitos, historias, expresiones simbólicas en las artes, en la literatura y, principalmente, en las religiones.
Escuchar los arquetipos significa dar atención a la voz de nuestra interioridad y crear espacio para que se manifieste. Ella nos obliga a ser Críticos y vigilantes ante las contradicciones y los excesos de los arquetipos, que pueden irrumpir avasalladores. "



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