Espíritu en el mundo (fragmento)Karl Rahner
Espíritu en el mundo (fragmento)

"Si prescindimos provisionalmente del orden interno de los tres grados de abstracción, cuya problemática habrá de ser tratada expresamente, enumera santo Tomás tres grados de la abstractio:
1. La abstractio de una naturaleza universal a partir del concreto aquesto (de la materia signata), en el cual está dada en la sensibilidad.
2. La abstractio de lo cuantitativo (materia intelligibilis) a partir de lo cualitativo, que las aprehendidas esencias universales del primer grado todavía contenían en sí.
3. La abstractio de las determinaciones trascendentales, que convienen al ente en sí y no sólo a aquel ente cuyo ser está concretizado en la materia.
Hay que aclarar ahora, brevemente, cada uno de estos grados.
La primera abstractio es a materia sensibili individuali. En realidad, en todo el capítulo sobre la sensibilidad no se hizo otra cosa que hablar siempre de nuevo de esta abstractio. Se aprehende una quididad, que puede ser real en muchos aquestos. Es la abstractio de lo idéntico en muchos.
Sólo hay que tener en cuenta que, en esta abstractio, no se trata del conocimiento de la intrínseca naturaleza metafísica de una cosa material. Es cierto que el modo de expresarse de santo Tomás suena frecuentemente como si ya por la abstractio a conditionibus materialibus fuera conocida la esencia metafísica de una cosa. Pero santo Tomás es consciente de que tal conocimiento no es, de hecho, asunto liquidado por la fundamental y simple abstractio en el comienzo del proceso de conocimiento, sino su blanco nunca completamente conseguido.
La abstractio a materia individuali sensibili aporta (si prescindimos del segundo y tercer grado en ella implicados) sólo el conocimiento de que las quididades inmediatamente dadas sensiblemente (que no son la esencia metafísica de la cosa) pueden ser reales en muchos aquestos; que estas quididades son y permanecen siempre «universales», por muy complicadas que se las piense, a no ser que sean referidas al aquesto concreto cobrado en la sensibilidad, a la materia sensibilis individualis. La quididad que es abstraída en este primer grado es la inmediatamente dada sensiblemente (por ejemplo, redondo rojo sensiblemente intuido, deviene «un» redondo rojo). Esta quididad es conocida como universal. Este grado de abstracción no puede ni quiere suministrar más.
Se entiende, por tanto, que esta abstracción está ya siempre realizada cuando se empieza a hablar de pensar, porque está presupuesta en el primero y más sencillo de los juicios («aquí hay un rojo») y conocimiento objetivo no es posible sin juicio. Precisamente porque en esta abstractio no es «abandonado» nada de cuanto la sensibilidad ofrece en determinaciones quiditativas de los objetos aprehendidos, esta abstractio se ordena al conocimiento del mundo real concreto, a la physica, como santo Tomás llama a este conocimiento. "



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