Amor al uso (fragmento) "GASPAR De esta suerte me hallé sin todos mis celos. Salí a la calle después de aquel accidente raro que me sucedió en la casa de doña Clara, aguardando a que saliese don Diego para apurar todo el caso, porque juzgué que no era posible haberle llamado doña Clara al tiempo mismo que a mí me estaba esperando. Salió, pues, y a mí se vino colérico y enojado, porque escuchó la disculpa que me oyó, contra el recato de su hermana; procuré reducirle, asegurando sus sospechas y, en el mismo ir ponderando mi agravio, me dio a entender que en la casa de doña Clara entró acaso, que ella se enojó de verle, que a la ventana llamaron, que dijo que era su padre y que él se escondió en el cuarto del jardín, con lo cual yo vine a hallarme asegurado desta duda y tan gustoso, que me agradecí mi engaño. Mas don Diego, que ya entonces mañoso me había sacado de la calle, me embistió con el acero en la mano. Hallóme con él, y apenas se formó el primer reparo, cuando llegó don García y vino a hallarse obligado don Diego a callar delante de su enemigo su agravio; y así fingió que los dos nos estábamos burlando. Él se fue y quedeme solo con don García y, tratando de Isabel, me confesó que se valió su cuidado anoche de una criada para entrar donde le hallamos sin que Isabel lo supiese, de suerte que, en breve rato, saqué dos seguridades: de dos celos se trocaron dos penas en dos avisos, en dos gustos dos cuidados y yo en un sosiego inútil me hallé muy desamparado sin mi queja, que el faltar la razón en tales casos viene a ser ocio, y el ocio es grandísimo trabajo. ORTUÑO ¿Sabes lo que decir quiero? GASPAR ¿Qué, Ortuño? ORTUÑO ¿Qué? Que es un diablo muy entendido el que tiene por su cuenta tus pecados. Ahora, señor, me vienes de nuevo embarraganado, cuando pensé que harías, después de dos desengaños, una confesión bien hecha, pues sois los enamorados tales, que habéis menester reñir para confesaros, porque cualquiera enfadillo que os da la que estáis amando, es un gusano que os pudre y así, en habiendo acabado de pudriros, suele dar tras la conciencia el gusano. En fin, ¿quieres a Isabel? GASPAR ¿Eso quién puede dudarlo? ORTUÑO ¿Y a Clara? GASPAR Como al principio. ORTUÑO A la calle hemos llegado sin sentir. ¿Y a cuál de todas quieres con menos engaño? GASPAR De mi doña Clara hermosa estoy casi enamorado. ORTUÑO ¿Y Juana ha apedreado el campo? GASPAR Juana es ripio del cuidado. ORTUÑO Daré voces ¿Juana es ripio? " epdlp.com |