Teoría del mundo de la vida (fragmento)Hans Blumenberg
Teoría del mundo de la vida (fragmento)

"Después de todo, un mundo de la vida también sería un mundo en el que se está tan atareado con la vida y con la conservación de la vida que toda necesidad de razones y explicaciones, de reflexión, no sólo perturbaría la inmediatez de esta consumación de la vida sino también la seguridad que surge de la plena concentración en su conservación. De modo que con la expresión "mundo de la vida" no se evalúa, prefiere, elogia la abulia irracional de negarse a las pretensiones de fundamentación existentes, sino que se registra descriptivamente cómo pudo haber estado regulada la competencia entre autoconservación y reflexión donde en primer lugar y sobre todo la supervivencia no se entendía de por sí. En el giro que dice que moral es todo lo que se entiende de por sí se ha conservado aquel privilegio, en tanto la moral es la suma de aquellos modos de comportamiento en los que todavía puede estar en juego la supervivencia, por lo menos en los casos límite, y la teoría
de la praxis como fundamentación del deber podría ser tan dudosa, si no imposible, justamente porque tiene que ser inútil consultar sobre el porqué a favor del deber. Supongamos que ha existido una cultura antigua y sabia en la que se podía o se creía poder cumplir con la exigencia de fundamentar la moral: ya estaría extinguida como consecuencia de tanto consultar con el instituto de la fundamentación y de la consiguiente falta de solución inmediata de situaciones de vida. Es la propia teoría la que ha generado los respiros que permiten a la praxis consultar con sus instituciones antes de que se llegue a una situación crítica con la supervivencia: si la medicina puede permitirse los comités de ética en casos límite es porque en las terapias intensivas se ha ganado tiempo para dudar e ir a preguntarle a gente que primero
tendrá que sentarse a discutir.
El mundo de la vida es un concepto límite, pero el mundo de
la vida definido o a definir por ese concepto no tiene límites. Recién adquiere límites si se los atraviesa y en el acto de atravesarlos. El mundo de la vida es una totalidad, pero es una totalidad infundamentada porque no ha sido interrogada ni siquiera respecto de ese rasgo. Si se dijo que lo que penetra en el mundo de la vida a través de sus "límites" o resulta integrado o se convierte en catalizador de la destrucción de ese mundo, tampoco esto es
más que la descripción de un proceso ante el que se encuentra el único que funciona como "espectador", que es el fenomenólogo. Lo describiré de otro modo: lo desconocido -cuya cualidad constata en todo caso el espectador, dado que algo de esa índole aún no ha ocurrido en un mundo de la vida- aparece en la cualidad, que sigue teniendo esa vigencia aunque sea paradójica, de la "familiaridad" de lo enemigo, de lo hostil, aunque desde un punto de vista imparcial está claro que sólo es lo no familiar. Qué es lo importante: que lo no familiar no puede existir de ninguna manera, no se concede y no se admite que exista, porque el mundo de la vida en tanto esfera de familiaridad también se defiende allí donde tiene que enfrentarse con lo que directamente es contrario a la vida o lo que se supone contrario a la vida. Incluso si era lo letal, están las reglas de juego conforme a las cuales no podría haber sido ninguna otra cosa. El miembro del clan de la serpiente que a pesar del favorecimiento afirmado fue mordido por el animal totémico resulta ser, sin investigación real, el fruto de un paso en falso de su madre, es decir, no estar protegido realmente por el tótem de la serpiente. El mundo de la vida es tanto una totalidad de lo infundamentado como una totalidad infundamentada. "



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