Sobre el concepto de modernismo (fragmento)Federico de Onís
Sobre el concepto de modernismo (fragmento)

"La insatisfacción en América tenía que ser doble y distinta, porque en ella no podía significar la ruptura con el siglo XIX, cuya civilización, aunque imperfectamente asimilada y realizada, venía a ser consustancial con el nacimiento de la América independiente, y, por lo tanto, siguió siendo el ideal y meta de los americanos, al mismo tiempo que sentían la necesidad de superarla conforme a las tendencias europeas nuevas. El esfuerzo de los hispanoamericanos iniciadores del Modernismo tendió a salvar la distancia que separaba a América de Europa desde siempre, por el hecho de ser América y de ser España, continuando así los esfuerzos repetidos de sus antepasados de los siglos XVIII y XIX, aunque con la sensación de su fracaso y de la necesidad, por lo tanto, de empezar de nuevo. Por eso la voluntad de innovación, junto con el individualismo y el cosmopolitismo, es carácter del Modernismo hispanoamericano. También lo era en la revolución que se estaba llevando a cabo en Europa por el mismo tiempo; pero allí se trataba de una decadencia y liquidación del pasado, mientras que en América se trataba de un principio y anuncio del porvenir. Cuando en la década de 1890-1900 surgen en España tardíamente respecto de América y Europa las primeras grandes individualidades del Modernismo -Benavente, Unamuno, Ganivet, Valle de Inclán, Azorín- la literatura que crean tiene también carácter autóctono y original, independiente del de la americana anterior; pero coinciden las dos en tendencias y espíritu, con las diferencias que siempre hay que esperar entre España y América. El individualismo es más fuerte en España y el cosmopolitismo más débil; la actitud hacia el siglo XIX, más negativa; el problema de salvar la distancia entre España y Europa adquiere caracteres de tragedia nacional. Pero en el fondo hay una correspondencia esencial entre el Modernismo de España y el de América, que los une en comparación con el resto del mundo, y que de hecho se tradujo en contactos e influencias que por primera vez eran mutuos y en algunos aspectos predominantemente americanos.
El Modernismo significó, por lo tanto, no sólo la incorporación de América a la literatura europea y universal, sino el logro por primera vez de su plena independencia literaria. El apartamiento inevitable de los modelos europeos, que en el siglo XIX se manifiesta en obras producto de la tierra y la sociedad americanas, dio nacimiento, es verdad, a formas de literatura como la política y la gauchesca, que aunque produjeron obras como el Facundo y el Martín Fierro, que hoy consideramos las creaciones superiores de la literatura americana, en su tiempo eran miradas como formas inferiores y casi ajenas a la literatura culta de tipo europeo, en gran parte olvidada hoy. En cambio, el movimiento literario que, independientemente de España, crearon entre 1882 y 1896 los primeros modernistas al norte de Ecuador, influyó decisivamente no sólo en el resto de América sino en España. "



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