Mis años de aprendizaje (fragmento)Hans-Georg Gadamer
Mis años de aprendizaje (fragmento)

"En esos tiempos fueron muchas las cosas que aprendí, y con ello no me refiero únicamente al juego político. En el mundillo académico, la política está a la orden del día, y las reglas del juego se conocen desde Maquiavelo, siendo en todas partes las mismas. Lo que tuve oportunidad de comprobar fue, más bien, la esterilidad, la utopía, que todo pensamiento restaurador constituye en sí mismo. Cuando, dos años después, fui al oeste a aceptar mi nombramiento como catedrático en la Universidad de Frankfurt, las ilusiones que allí abrigaba la política universitaria, con Hallstein a la proa, me dejaron casi por completo perplejo. De hecho, si me resulta difícil hablar de los años de rectorado en Leipzig es porque en realidad hay demasiadas cosas que contar. En último término, el cargo que desempeñaba me convertía en una de las «personalidades prominentes» de la región, por lo que me tropezaba muy a menudo con Pieck, Ulbricht, Paul Wandel, Abusch y Gysi, y también con Harig y Ackermann, por mencionar a aquellos que, habiéndome convencido hasta cierto punto con su actitud, cayeron luego en desgracia; ello sin hablar de los pequeños y minúsculos diosecillos de Dresde y Leipzig.
Por otro lado, ésta fue la primera vez que dispuse de una visión global de lo que era una gran universidad como Leipzig. Hasta entonces, en efecto, mi estancia en la ciudad se había limitado al sexenio de guerra, período durante el cual las relaciones se establecían con mucha mayor fluidez, siéndome todo lo demás, como por ejemplo la facultad de medicina, con todos sus problemas personales e institucionales, casi por completo desconocido. Precisamente a ella tuve que consagrar gran parte de mis primeras actividades político-administrativas, pues la en verdad imperial estructura de esta clínica famosa había sido sacudida y soliviantada de manera particularmente violenta por las olas revolucionarias. Lo importante en este caso, sin embargo, no eran las revoluciones universitarias, sino la suerte de los enfermos. De hecho, la facultad de medicina había sido subordinada no al ministerio de educación y ciencia ruso, sino al ministerio de sanidad, rápido perceptor de sus responsabilidades. "



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