La casa de los santos (fragmento)Hermann Stehr
La casa de los santos (fragmento)

"El cantero de la ciudad, que se tenía a sí mismo por una especie de escultor, a pesar de haber fracasado en su juventud en el intento de acometer una notable formación artística, llevó a cabo las primeras transferencias de pétrea natura. Desde que ejercía de mediocre artesano, la culminación de sus trabajos redundaban en el doble de tiempo necesario, dado que tenía que abordar la plasmación de una obra única frente a las fantasías extravagantes que circuncidaban su febril mente. Quizás se adentrara en este hervidero interno por mera vanidad, para resolver el difícil dilema del «verdadero artista», para testimoniar y convencer a sus clientes de su brillantez.
[...]
El hombre, que había logrado el milagro de materializar aquella grotesca masa, no pertenecía a ninguna asociación ni había proclamado juramento alguno. Se trataba de un simple minero de la cuenca minera flamenca auspiciado por sus compañeros germanos; otros decían que más bien era un maestro de escuela primaria llegado de Silesia, víctima de la incredulidad y desobediencia a la que estaba sometida la autoridad de su cargo. Sea como fuere, la ira de aquel minero instó la batalla, enervando los sentidos de los demás y reivindicando su derecho a demandar tranquilidad y confianza. "



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