António Lobo Antunes Acerca de los pájaros (fragmento) "Iba dos años por delante de mí en el instituto, y se había hecho famoso el puñetazo que le asestó en una ocasión, no recuerdo ya por qué motivo, al conserje del laboratorio de física, sujeto raquítico que tocaba el clarinete en una banda de aficionados. Piensa Le partiste cinco dientes de un sopapo, tus padres te trasladaron, a final de curso, a un colegio de curas, en la provincia, destinado a campeones de boxeo, la gente te miraba, de lejos, con respetuosa cautela. El conserje del clarinete, incapaz de soplar, se pasó al bombo, le pagaron el arreglo de las mandíbulas, el hombrecillo desapareció y surgió semanas después con refulgentes incisivos nuevos, los cuales amenazaban con desprendérsele de las encías, siempre que hablaba, en medio de una lluvia de saliva. Marília se sentó con las piernas cruzadas en el suelo chupando la rodaja de naranja del vodka: el rostro de mi madre se torció hacia la derecha en una mueca, y yo reparé de pronto, por primera vez, en lo gastados que estaban tus pantalones, tu suéter deshilachado y viejo. La hermana de la música ocupaba una silla aparte, hojeando tranquilamente, indiferente a la familia, un cuaderno. Piensa ¿Una partitura? Piensa ¿Versos? Sé que escribías versos, una vez me topé con tu nombre, en la feria, en la tapa de un libro colectivo en oferta, poemas extraños, palabras sueltas, frases en estrella, si en casa se enterasen se desmayarían. O puede ser que ya se hubiesen habituado a tu fealdad, a tu serena locura, a tu perpetua abstracción de todo. Y tal vez fueses realmente la comunista de la tribu, mi patito feo. Pero vivías con tus viejos, salías poco de noche, no los molestabas con extravagancias ruidosas. " El Poder de la Palabra epdlp.com