Así de grande (fragmento)Edna Ferber
Así de grande (fragmento)

"Dirk dejó limpio el tomatal a las tres de la tarde. Fue al pozo y bebió agua en cantidad. Tomó dos cazos llenos hasta arriba, sorbiendo ávidamente como si fuera un potro. Estaba increíblemente fresca y deliciosa. Luego se echó un tercer y cuarto cazo sobre el cuello y la cabeza, cogió un cubo vacío para los arándanos, echó a andar por el camino polvoriento y a través de los campos, ligero y veloz, pese a las temblorosas olas de calor que parecían bailar entre el cielo abrasador y la tierra reseca. Selina se quedó un momento en la puerta de la cocina, mirándolo. Parecía muy pequeño y decidido.
Dirk encontró a Geertje y a Jozina atiborradas de fruta, manchadas de bayas, arañadas por las zarzas y repantingadas lánguidamente en los bosques de Kuyper. Empezó a coger las gruesas bolas azules, pero las comió con desgana aunque diligentemente, porque para eso había venido y su padre era holandés. Cuando Geertje y Jozina se prepararon para marcharse apenas una hora después de que él llegara, Dirk también estaba listo para salir, pero le costaba extrañamente moverse. Su cubo estaba medio lleno. Caminó hacia casa penosamente mientras caía la tarde, sintiéndose mareado y enfermo, con un terrible dolor de cabeza. Esa noche empezó a delirar, suplicó que no le obligaran a acostarse y estuvo a un paso de la muerte.
El corazón de Selina era un motor que bombeaba terror, odio y angustia por sus venas. Odio por su marido, que había hecho aquello al niño. "



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