La sequía (fragmento)J. G. Ballard
La sequía (fragmento)

"Ransom esperó hasta que pasaron y luego se escabulló entre las casas. Fue por los callejones estrechos detrás de los garajes, entrando y saliendo por las ventanas abiertas hasta que llegó a una casa frente a la iglesia. Las puertas estaban abiertas de par en par. La música había cesado y la alta figura de Jonas se balanceaba asomándose al pulpito, y los brazos largos gesticulaban y apuntaban a los tres hombres que se apretaban en el banco de delante. A la luz de la lámpara de petróleo la cara del hombre flameaba como si tuviera mucha fiebre; la voz ronca trataba de dominar el ruido de los disparos en la calle.
Uno de los hombres se incorporó y se alejó, y Ransom vio la torre de la iglesia encendida contra el cielo nocturno. El humo corría a lo largo de los aleros, y de pronto las llamas se aferraron a la torre. Jonas miró hacia arriba, interrumpido en medio del sermón. Alzó las manos como garras a las llamas que corrían por la bóveda. Los otros dos hombres se volvieron y salieron corriendo, inclinando la cabeza bajo el humo.
Ransom dejó la casa y cruzó la calle. El fuego ardía a lo largo de la nave, y las vigas más pequeñas ya estaban cayendo sobre los bancos. Mientras corría por el sendero hacia la puerta de la sacristía, el contramaestre rubio se precipitó fuera de la nave. Tenía el pecho y la cara en llamas cuando se detuvo en medio de la calle y se volvió a mirar la iglesia. Llevaba en la mano la vara rota de un arpón.
Protegiéndose la cabeza, Ransom se adelantó y cruzó el presbiterio. Las brasas encendidas que caían en la nave estaban prendiendo fuego a los libros de oraciones sobre los bancos. El petróleo ardía en el atrio y el altar, y llameaba en un charco alrededor de la base del pulpito.
Encogida dentro del pulpito, Ransom vio la figura quebrada de Jonas; los brazos y piernas le asomaban flojamente. Sujeto a las sienes llevaba un casco raro, la cabeza seccionada de un pez grande, sacada del tanque de esturiones muertos del zoológico. Cuando Ransom tironeó de Jonas alejándolo del pulpito en llamas, la cabeza del pescado, una grotesca mitra de plata, le cayó en los brazos. Entre los ojos del pescado estaba clavada la punta metálica del arpón que Ransom había visto en manos del contramaestre fuera de la iglesia. "



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