Jean Renoir (fragmento)André Bazin
Jean Renoir (fragmento)

"La inteligencia de semejante movimiento de cámara es más admirable aún que por su audacia, por su eficacia, que procede en parte de la continuidad del punto de vista, del principio al fin de la escena, punto de vista situado precisa y psíquicamente dentro del decorado y en parte también por la personificación de la cámara que vuelve la espalda a la acción para abreviarla. Únicamente en Murnau encontraremos ejemplos de movimientos de cámara tan independientes del personaje y de la geometría dramática.
Técnicamente, esta concepción de la pantalla supone lo que yo llamaría profundidad lateral de campo y también la desaparición casi total del montaje. Puesto que no solamente lo que se nos muestra vale por lo que se nos oculta, sino que también se nos aparece como un privilegio fortuito y siempre amenazado, la puesta en escena no se limita a lo que nosotros vemos en la pantalla, sino que es preciso que el resto de la escena quede efectivamente oculto y no deje, sin embargo, de existir. La acción no ha quedado delimitada por la pantalla, sino que la atraviesa, el personaje que entra en campo no sale de él por unos bastidores imaginarios. Recíprocamente, es preciso que la cámara pueda girar bruscamente sin que su recorrido circular signifique un tiempo muerto, una laguna, una falta de realidad. De hecho significa que una escena debe ser interpretada independientemente de la cámara y con todas sus cualidades dramáticas reales, y que es función del operador pasearse sobre ella con su lente de aproximación. El reencuadre sustituye, en tanto que esto es posible, al «cambio de plano», que no solamente introduce una discontinuidad espacial que no es natural al ojo humano, sino que, sobre todo, consagra la realidad del «plano», es decir, de una unidad de lugar y de acción, de un átomo de puesta en escena cuya combinación con los otros átomos constituye la escena y después la secuencia. Y, en efecto, esto se advierte incluso en el rodaje cuando cada plano está interpretado por separado; entonces la pantalla no oculta nada porque no tiene nada que ocultar a su alrededor. Por muy hábiles que sean los raccords, no se escapan a una mirada atenta. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com