Fuego eterno (fragmento)Nick Tosches
Fuego eterno (fragmento)

"La priva y las pastillas despertaban el infierno que llevaba dentro y le hacían proferir espantosas carcajadas. A veces se replegaba tras su propia sombra, rumiando todo género de cosas: abominables, indecibles y peores. A veces acechaba, despotricando con repugnante omnipotencia e impartiendo órdenes a quienes lo rodeaban, cual un Belial a sus subalternos.
Él era The Killer, y era inmortal, condenado a existir mientras hubiera un bien y un mal entre los que estar desgarrado y agonizar. Acostumbraba a sentarse en el backstage de mil clubes nocturnos fríos y húmedos, sabedor de ello, y entonces se echaba al coleto más pastillas y las bajaba con tres dedos más de whisky, más sabedor de ello aún.
Caminaba como un hombre hasta el escenario, con el puro a lo Churchill en una mano y el vaso de whisky en la otra, y aporreaba el piano y cantaba sus canciones pecaminosas, convocando a los mortales que tenía ante él, que no estaban hechos, a diferencia de él, a la destrucción desde el instante mismo de su concepción; los convocaba para que vinieran a pasar un rato con él, al borde del infierno. Después se esfumaba en la noche ancestral, a engullir más pastillas y más whisky, allá donde los negros canes nunca cesaban de ladrar y donde nunca amanecía. "



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