El tranvía extraviado (fragmento) "En tu cuarto estabas en plena agonía, y, mientras, con una empolvada peluca, fui a la emperatriz a rendir pleitesía y ya no volví a mirarte en vida nunca. Nuestra libertad es la luz emanada —hoy lo sé— en lejanas regiones etéreas. Hombres y animales están a la entrada del jardín de fieras que son los planetas. Pero siento un aire, familiar, ligero: desde la otra orilla, una embestida cruel: la mano de cobre del jinete fiero y las arboladas patas del corcel. Para la ortodoxia, fortaleza y guía, San Isaac se esculpe sobre el cielo: allí haré rogativas en pro de María y dirán la misa de réquiem por mí. Pero el corazón está desconsolado, cuesta respirar y la vida es dolor: María, jamás me hubiera imaginado que pueda existir tanta pena y amor. Traducción: Xenia Dyakonova" epdlp.com |