Nieve y neón (fragmento)Jesús Ferrero
Nieve y neón (fragmento)

"Afuera podía llover o nevar, afuera podían matar a la gente, afuera había cables de alta tensión, y lagos profundos, y calles inseguras, y balas perdidas... En cambio allí dentro todo era paz y silencio, podría haber pensado un observador que los viera a cierta distancia, callados y sentados, mientras el fuego entonaba su chisporroteante melodía, tan querida en Alemania.
Los dos pensaban junto al fuego. «Yo pienso luego existo. Yo mato luego existo. Yo me angustio luego existo. Yo huyo luego existo. Yo tiemblo luego existo». Cierto, aunque uno podía dejar de pensar, y de matar, y de angustiarse, y de huir y de temblar si de pronto le pegaban un tiro en la cabeza, se decía Yaquio a sí mismo. Y esa noche la ciudad podía estar llena de esplendor nevado y de fragancias, pero para Yaquio estaba sobre todo llena de pistolas, y Vera parecía entenderlo. Para redondear el problema y convertirlo en una pesadilla densa como un cuásar, estaba también el asunto del cadáver en la nevera. 
Ágata llegó a casa hacia las seis de la tarde y desde entonces no ha dejado de leer, de escribir pensamientos delirantes, de pensar, de fumar los cigarrillos de su madre, a los que les está cogiendo cada vez más apego, de fantasear... No puede evitar las fantasías sexuales de diferente naturaleza. Algunas son dolorosas, otras no. A veces tiene miedo de un hombre que en realidad es solo una sombra. Algo en sí mismo humano y a la vez despojado de humanidad.
Aún no son las diez de la noche y decide acercarse a casa de su tía Vera. Sabe que su madre tardará en llegar y se aproxima la hora en que más le gusta pasear por la ciudad con su bicicleta. En esas ocasiones va siempre disfrazada de muchacho y oculta los cabellos bajo una capucha negra. Nunca como entonces siente la electricidad de la noche: una onda de alta tensión que transfigura las personas y las cosas.
Antes de acercarse a casa de su tía, Ágata recorre un barrio lleno de tugurios donde el vicio se puede oler. Son momentos de una intensidad emocional que busca y que a la vez aborrece. Como va disfrazada de chico, intenta colocarse en la mente de un muchacho de su edad y entonces el espectáculo le parece más interesante. "



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