El papel de nuestras vidas (fragmento)Sadie Jones
El papel de nuestras vidas (fragmento)

"La cocina estaba patas arriba. En la mesa se veían quesos medio comidos. Se detuvo, empapada en un sudor repentino que parecía rezumar por todos sus poros. Y entonces se abalanzó hacia el cuarto de baño, se arrodilló sobre los duros ladrillos, se agarró al retrete y, levantando la tapa justo a tiempo, vomitó el champán, el vodka, las olivas, el pan, todo el contenido de su estómago, que salía en bocanadas que le desgarraban la garganta. Los ojos le chorreaban lágrimas. Cuando se hubo vaciado por completo, se acuclilló y se enjugó los ojos y la cara con el dorso de las manos. La garganta le escocía. Escupió en el váter, tosió, escupió otra vez. Y, temblando, se levantó.
Abrió los grifos, se lavó la cara, se enjuagó la boca. Y se sentó en la tapa del retrete. Se quedó mirando el cartel de ¡¿No estás casado?! y pensó que era para echarse a reír, pero rompió a llorar. Estuvo llorando unos minutos, procurando no hacer mucho ruido y pensando cosas evidentes, pueriles —«Mi marido es maricón», «¿Por qué me hace esto?», «¿Lo sabrá todo el mundo menos yo?»—, plenamente consciente de que aquel trance sería el más fácil de pasar. No, no estoy bien, le había dicho a Luke, sin saber hasta qué punto era verdad. No podía pensar en Luke. La imagen de él, que había sido tan clara, se difuminó. Pero había dejado de llorar.
Se enjugó los ojos. Y pensó que ahora tendría que levantarse y salir del baño, donde se sentía a salvo. Tendría que verlo, hablar con él. Después de todo, estaban casados. Pero no pudo levantarse. Quería irse de allí pero no sabía adónde. Quería ir con su madre. Empezó a llorar de nuevo, débilmente, pero se calló porque oyó la puerta de la calle, en el piso de arriba.
Siguió sentada en silencio, conteniendo la respiración. "



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