Una invernada entre los hielos (fragmento)Jules Verne
Una invernada entre los hielos (fragmento)

"Penellán, que había sido pescador de ballenas en los mares árticos, se cuidó de la provisión de mantas de lana, ropas forradas de pieles, zapatillas de piel de foca y la madera necesaria para construir trineos cuando hubiera que correr sobre las llanuras de hielo.
Además, para el caso de que hubiese necesidad de invernar en algún punto de la costa groenlandesa, se adquirieron grandes cantidades de alcohol y de hulla; se consiguió reunir, a costa de grandes esfuerzos, cierta cantidad de limones para evitar y curar el escorbuto, esa enfermedad terrible que suele diezmar las tripulaciones en las regiones glaciales, y se aumentaron en tal proporción las provisiones de carnes saladas, galletas y aguardiente, que, llena completamente la despensa, ocuparon parte de la bodega, donde también se guardó mucho pemmican, preparación india que contiene muchos alimentos nutritivos concentrados en poco volumen.
No se olvidó Juan Cornbutte de proveer a La Joven Audaz de sierras para cortar el hielo, y de picos y cuñas para separar los trozos, reservándose el cuidado de adquirir en la costa de Groenlandia los perros que se necesitaran para arrastrar los trineos.
La tripulación desplegó gran actividad en hacer todos estos preparativos, al mismo tiempo que seguían escrupulosamente los consejos de Penellán, quien los decidió a no usar ropa de lana, a pesar de que la temperatura era muy baja en aquellas latitudes situadas más allá del círculo polar.
Pero el timonel no se limitaba a dar consejos, sino que, además, observaba muy atentamente los actos más insignificantes de Andrés Vasling, holandés que, aunque era excelente marino y había hecho ya dos viajes a bordo de La Joven Audaz, no se sabía de dónde había venido. En realidad de verdad, no podía censurársele todavía nada, a no ser lo solícito que se mostraba con la joven María; pero, esto no obstante, Penellán lo vigilaba muy de cerca.
Con tanta actividad trabajó la tripulación, que el 16 de julio, quince días después de haber llegado a Bodö, el bergantín estaba armado y en disposición de emprender el viaje, precisamente en la época favorable para intentar hacer exploraciones en los mares polares.
Hacía dos meses que había empezado el deshielo, y Juan Cornbutte podía llevar las investigaciones más allá.
La Joven Audaz, pues, aparejó y emprendió la marcha hacia el cabo Brewster, que se encuentra en la costa oriental de Groenlandia, a los setenta grados de latitud. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com