El grande (fragmento)William McIlvanney
El grande (fragmento)

"El discurso no habría sido ampuloso, como todos los que se producían en casa de sus padres. Habrían sido unas palabras parcas y crípticas, en un código que ellos sabrían interpretar, como: «No tema, padre. Madre, sigo siendo yo.»
No obstante, tenía que reconocer que su orgullo, si todavía le quedaba, se encontraba en una posición atípica. Sus padres podían sacar el suyo a relucir como una medalla al mérito propio, sin embargo él, aunque sentía que todavía lo tenía, ignoraba dónde. El carácter categórico de la experiencia de sus padres les había investido de una especie de heroísmo primitivo, pero su caso era diferente, y seguía siéndolo. La postura de sus padres en la vida estaba claramente delimitada, como la guerra de trincheras, mientras que la suya era equívoca como el espionaje, un laberinto de agentes dobles.
¿En qué se confiaba hoy en día? No era posible confiar genéricamente en el futuro histórico en el que sus padres creían. Ya era presente en parte y no se ajustaba a lo que de él se había predicho. La mejoría de las condiciones materiales no había originado solidaridad sino fragmentación. Los advenedizos de clase obrera eran tan egoístas como cualquiera, si no más. No se podía confiar el triunfo del socialismo al simple hecho de votar laborista. La primera e inocente fe de sus padres en la pureza del socialismo no resistió el trasplante a los tiempos que siguieron al ejercicio del poder socialista, por discontinuo que fuera. Una vez en el poder, el socialismo no se reconocía a sí mismo, el oportunismo lo enloqueció, olvidó que nunca había sido política a secas sino política que se nutría de la fe fundada sobre la experiencia. Una vez perdida la fe tan justamente ganada a costa de la vida de generaciones socialistas, el socialismo quedaba reducido a palabras, y las palabras eran infinitamente flexibles. No se podía confiar en la generación moderna de los que antes formaran las fuentes en las que el socialismo había reafirmado su fe. Todos firmaban acuerdos privados con el materialismo de la sociedad en que vivían, pero sin cláusulas que protegieran a los menos afortunados de sus filas. "



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