Moneda falsa (fragmento)Emilio Rabasa
Moneda falsa (fragmento)

"Media hora hablamos así; media hora que pudo reducirse a la cuarta parte, porque Jacinta no opuso resistencia formal. Y quedó ajustado, entre araños y estrujones, que al tercer día a las diez de la noche iría yo por ella.
Bajé rápidamente los escalones al oír la voz chillona de doña Serafina en el corredor, y en el segundo tramo tropecé con Joaquín, que había estado allí, tal vez escuchando la conversación.
No sonaban las diez todavía cuando entraba yo a mi casa, después de recorrer la distancia del Puente de Monzón a mi casa andando algunas calles de más por hacer más largo el camino, que quizá quisiera encontrar interminable. Algo de vanidad de triunfo y miedo de criminal se juntaban en mi corazón; pero a pesar de lo segundo, me sentía satisfecho de la conquista e impaciente por la realización de mis propósitos.
Había luz encendida en la redacción y presumí que sería Claveque, contra el cual sentí de súbito un movimiento de rencor y algo como deseo de pegarle; pero mi sorpresa y contrariedad fueron muy grandes cuando vi que me había equivocado y que quien me esperaba era nada menos que Pepe Rojo. "



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