El primer verano de nuestras vidas (fragmento)Pat Conroy
El primer verano de nuestras vidas (fragmento)

"Un verano, en su jardín, recuerdo que explicó a un simpático grupo de gays de Chicago: «Los gays del Sur son siempre los miembros más fascinantes de nuestra tribu. Son los mejores conversadores, los cocineros con más inventiva, y hasta diría que saben beber demasiado bien. Además, en la cama son atrevidos hasta rozar la ilegalidad. No hay fiesta en esta ciudad que merezca la pena si no incluye al menos la presencia de un gay de carácter despreciable y que proceda de algún lugar de la antigua Confederación. Yo he sido duramente criticado por activistas gays, con mal aliento y una horrorosa dentadura, por conservar mi amistad con todos mis amigos heteras de Charleston. Pero ellos me traen noticias de aquel mundo indigesto y asexuado que he dejado atrás, en el que hasta la postura del misionero en la cama se considera una desviación revolucionaria. Me recuerdan que la vida es un bufet, no solo una caja de galletitas saladas. Además, ellos compartieron conmigo el cajón de arena. Metafóricamente, por supuesto, pero uno jamás abandona a esos niños y niñas encantadores que jugaban con él en el cajón de arena. Hasta los ignorantes de Chicago, con vuestras almas congeladas por los vientos del lago Michigan, sois capaces de entender la fuerza de una amistad que se remonta a los tiempos del cajón de arena. ¿O acaso vosotros, los del Medio Oeste, hacéis las buenas amistades durante las nevadas?».
Tras estas palabras, Trevor me guiñó un ojo con su maravilloso afecto, y yo se lo devolví, atrapado en mi heterosexualidad gris y carente de imaginación. Pero yo me reía con cada idea que Trevor decía, pensaba o conjuraba. Siempre hizo que sus amigos y yo pensásemos que vivíamos unas vidas más llenas, más ricas, simplemente por permitirnos disfrutar de su presencia romántica y de un erotismo desmesurado. Conseguía que Fraser creyera que estaba presenciando un espectáculo de Broadway y que Molly se sintiese la protagonista. Trevor sacaba a la luz el lado protector de Niles, el maternal de Betty, el espíritu competitivo de Chad y la parte melodramática que hay en mí. Únicamente Ike desviaba la mirada ante las actuaciones histriónicas de Trevor y un acento que le rechinaba. "



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