El infierno de los enamorados (fragmento) "Hipólito me guardaba la cara, cuando leía, veyendo que la mudaba con temor que me ponía; e por cierto presumía que yo fuese atribulado, sintiéndome por culpado de lo que allí s'entendía. Díjome: «Non receledes de penar, maguer veades en las letras que leedes algunas contrariedades, que el título que mirades al ánima se dirige: tanto qu'el cuerpo la rige, de sus penas non temades». E bien como el que por yerro de crimen es condepnado a muerte de crüel fierro, e por su ventura o fado de lo tal es relevado e retorna en su salud, así fizo mi virtud en el su primero estado. Entramos por la escureza del triste lugar eterno, a do vi tanta graveza como dentro en el infierno: Dédalo, qu'el grand claverno obró de tal maestría, por cierto aquí dubdaría su saber, si bien discerno. " epdlp.com |