El juego de las preguntas (fragmento)Peter Handke
El juego de las preguntas (fragmento)

"Entrar en cuestión es cómo adornarse sin tener joyas especiales. ¡Y tú tienes que entrar en cuestión y tienes que adornarte! No entrar ya en cuestión significa quedar abandonado. — No, nada de lamentaciones. Pero ay de mí, la cabeza sigue yéndoseme hacia este género de falsas promesas, hacia todos esos pechos y esas caderas y esas piernas; ay de mí que, viendo a una mujer hermosa, en mí se forma siempre un arco que se dirige hacia ella. — ¿No se dijo una vez: tus ojos me curarán? Pero actualmente ya no hay nada en mis ojos que retenga mi mirada; una cadera tiene a menudo más forma, una rodilla en la que se ven las venas tiene a menudo más expresión. — ¿Y por qué ya no entramos en cuestión, ni yo ni tampoco tú? Tú eres un solitario que cuida el jardín de sus propios ojos, y de ese modo nunca puede convertirse en el personaje de un drama al que la gente solicita. Aquél que está solicitado es «¡Mi héroe!». Y yo, como fugitivo, estoy solicitado al principio. Pero a la larga lo está sólo el vencedor. «¡Mi héroe!» y «¡mi vencedor!». — Pero ¿puede ocurrir que un ser humano —como no sea quizás en el deporte— quiera ser en alguna parte el vencedor? ¿Y por qué me parece como si en esto hombres y mujeres fueran todos ellos cada vez más extraños los unos a los otros, y como si ya no hubiera ninguna historia de amor? ¿Por qué me parece que estar sentado y soplarle a una mosca cansada y vieja es estar en mejor compañía que con una mujer? ¿Por qué las mujeres ya no son, como antes, los mejores enemigos de los enemigos, sino que se están quitando la máscara continuamente y aparecen como los peores enemigos de nosotros mismos? ¿Por qué ahora tengo la sospecha de que son las mujeres las malas, las corrompidas? Pero ¿no es verdad que desde siempre ha habido un refrán que dice: «viento del Norte, la mujer más pura»? ¿O el refrán: «el sueño es un mundo y una mujer es una mujer»? ¿O bien: «un montón de niños es un montón de ojos, y un montón de mujeres es un montón de mujeres»? — Sí, yo ya no entiendo a las mujeres. Pero ¿eso no fue siempre así? Sí, sólo que antes este no entender era una forma de admirar, un maravilloso: «dime, ¿de dónde eres?» ¿Y ahora? Si todavía hay alguna que se dirige a mí, todo lo más es para gritarme a la cara: «¡No entiendes nada!, ¡no entiendes nada de nada!» ¿Ocurre esto porque hoy las mujeres hablan una lengua completamente distinta a la mía y, según esto, nosotros y ellas tendríamos las mismas palabras, pero unas palabras que en las mujeres significan ahora algo que se me escapa? Hoy en día ¿qué es esto de una mujer? ¿Qué es lo que quiere en realidad esta extraña tropa? ¿Por qué son tan distintas? ¿Por qué sé de hombres que anhelan la pureza, y no de mujeres? Y sin embargo: siempre que yo me he sentido completo, ¿por qué ha tenido que ser siempre con esta espantosa corporación? Sin mujer, en cambio: incompleto del todo. Recordando lo que era entrar en cuestión: una mujer gigante estaba delante de mí y yo iba creciendo hacia ella, después de lo cual los dos nos fuimos cayendo lentamente al suelo. Recordando el momento en que uno ya no entraba en cuestión: de la Nada creció un monstruo y me atacó. "


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