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Muerte por agua (fragmento) "Terminada la lectura, un rayo sesgado atravesó la oscuridad desde lo alto. El polvo que flotaba sobre el escenario indicaba la dirección de la luz. El cono de luz, que para mí no fue otra cosa que la imagen residual de la luz negra que había penetrado el escenario, hizo emerger desde el fondo oscuro dos puertas corredizas de papel desgastado, adornadas con un grueso trazo de pintura roja. Aunque no sintonizaban del todo con el texto original de Soseki, representaban con nitidez las manchas de sangre del amigo suicida. Pronto se esfumó el cono de luz, dejando de nuevo, como si flotaran en el aire, los restos de luz negra, mientras de las filas de los asientos algunos estudiantes (y algunos miembros jóvenes de The Cave Man con uniforme escolar) subieron al escenario para desplazar a un lado las dos puertas corredizas de papel. A los chicos que cumplieron aquella tarea se les sumaron algunas chicas, y juntos formaron una fila india de unos quince alumnos en primer plano, y Unaico, de pie al lado izquierdo, retomó su papel de profesora. La luz iluminó el escenario, cubierto por entero de actores y estudiantes. [...] Mientras Masao Anai alzaba la voz con arrogancia, comenzaron a lanzarle perros muertos de ambos lados. Masao fue recogiendo uno a uno aquellos muñecos que tras rebotar contra su cuerpo habían caído a su alrededor, y después de observarlos con detenimiento los sentó sobre sus piernas. Al reconocer en su actitud la reacción «correcta» del vencido por la avalancha de perros muertos, los estudiantes que ocupaban el escenario renovaron sus risas. Si la conducta presuntuosa de Masao al comienzo de su intervención había interesado a los estudiantes, su humillación posterior con el episodio de los perros muertos animó el ambiente con una nueva oleada de risas. Al percatarse de la situación, Unaico se adelantó hasta el primer plano del escenario e intentó, con su dignidad de profesora de escuela preparatoria, llamar la atención de los presentes en el Teatro Redondo. " epdlp.com |