La flor escondida (fragmento)Pearl S. Buck
La flor escondida (fragmento)

"Por raro que pareciera, una vez adoptada tan trascendental resolución los jóvenes no se entregaron a ninguna efusión amorosa. Se sentaban, graves, y juntos, y él jugueteaba con la mano de Josui sin pensar en ella. En cambio, meditaba en los inmensos problemas —cuyas características no discernía aún— que, brotando del hecho de hallarse sentado junto a su amada, en un jardín del Japón, crecerían y se desarrollarían cuando, cruzando el océano, llegase con su mujer a la grande y blanca casa familiar…
¿Qué pensarían sus padres y sus otros parientes? Resolvió no anunciarles su matrimonio hasta que viesen a Josui. Hasta entonces esperaría, para evitarse discusiones. Sin duda todos coincidirían en que aquella muchacha, suave y tierna, pero con un corazón denodado, era una mujer adorable. La juzgarían discreta y recatada, aunque lamentablemente joven, cosa que no dejaba de preocupar a Kennedy. Pero sabía que Josui era valerosa. La imaginaba entrando en casa de su madre —«¡De mi madre!», se dijo Allen— con aquel aire tan suyo, tan peculiar, en el que un orgullo mesurado se mezclaba a una docilidad indudable. Sin duda su presencia resultaría irresistible.
No transmitió sus dudas a Josui, ni quiso hablarle de las dificultades posibles, no por culpa de ella ni de él, sino de la vida cuyos cauces rutinarios iban los dos a quebrar. Otros americanos se habían casado con japonesas y llevándoselas a sus casas. Algunos de aquellos casamientos habían resultado bien y otros no. Pero no había motivo alguno para que el suyo no fuese afortunado, siempre que los dos tuviesen valor para afrontar las situaciones que se les plantearan. De momento Allen no deseaba transmitir a la muchacha sus preocupaciones. Bastante tenía ella con lidiar con su propia familia y libertarse rápidamente de su compromiso de matrimonio. A Kennedy le resultaba insoportable la idea de que Josui pudiera haberse prometido a otro hombre. "



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