Homer y Langley (fragmento)E.L. Doctorow
Homer y Langley (fragmento)

"Lila van Dijk y él se entendieron mal casi desde el principio. No fue sólo porque a ella le molestaran las pilas de periódicos: eso mismo le pasaría a cualquier mujer ordenada. Lila van Dijk tenía la obsesión de cambiarlo todo. Redistribuía los muebles y él volvía a ponerlos como estaban. Se quejaba de su tos. Se quejaba de que había ceniza de tabaco por todas partes. Se quejaba de cómo limpiaba Siobhan, se quejaba de cómo cocinaba la señora Robileaux. Incluso se quejaba de mí: es tan malo como tú, le oí decirle a Langley. Era una mujercilla autoritaria con una pierna más corta que la otra, razón por la que calzaba un zapato con alza que yo oía taconear escalera arriba escalera abajo y de habitación en habitación mientras ella realizaba sus inspecciones. Yo no había intuido nada acerca de la Anna de Langley: una voz indistinta en un coro a bordo de un barco. Sabía más de lo que deseaba saber sobre su Lila van Dijk.
Se habían casado en la finca de sus padres en Oyster Bay, y si bien yo me vestí para la ocasión, poniéndome mi pantalón de dril veraniego y mi americana azul, Langley se plantó ante el pastor con su deforme pantalón de pana de siempre y una camisa arremangada y abierta en el cuello. Yo había intentado en vano disuadirlo. Y aunque los Van Dijk lo sobrellevaron con dignidad, fingiendo creer que su futuro yerno era una especie de bohemio vestido al estilo Arts and Crafts, me di cuenta de que estaban furiosos. "



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