Los botes del Glen Carrig (fragmento), de Trilogía del abismoWilliam Hope Hodgson
Los botes del Glen Carrig (fragmento), de Trilogía del abismo

"El contramaestre se puso a la cabeza de un grupo y dejó al marinero de mayor graduación al mando del otro, ordenando a todos que tuvieran sus armas a mano. Luego se encaminó a las rocas que rodeaban la base de la colina más cercana, enviando a los demás a la otra; en cada grupo portábamos un barrilete colgando entre dos juncos recios, para echar directamente en su interior la más mínima cantidad de agua que encontráramos antes de que ésta se evaporara en el aire caliente; y para extraer el agua llevábamos unos cazos de latón y uno de los cubos que usábamos para achicar el bote.
Al cabo de un rato, y después de trepar bastante por entre las rocas, encontramos un charco de agua muy dulce y fresca, de donde sacamos casi quince litros antes de que se secara; después de ése hallamos otros cinco o seis más, aunque ninguno tan grande. Sin embargo, no nos pareció insuficiente, pues casi habíamos llenado el barrilete, así que emprendimos el camino de regreso al campamento, preguntándonos cómo le habría ido al otro grupo.
Cuando llegamos al campamento descubrimos que los demás habían llegado antes y parecían muy satisfechos, de manera que no hizo falta preguntarles si habían conseguido llenar el barrilete. Al vernos corrieron a nuestro encuentro para informarnos de que habían encontrado una gran reserva de agua dulce en un profundo hueco cerca de la mitad de la ladera de la colina más lejana, y al oír las nuevas el contramaestre nos indicó que dejáramos nuestro barrilete y fuéramos todos a la colina para poder examinar en persona si esta noticia era tan buena como parecía.
Poco después, guiados por el otro grupo, llegamos a la parte de atrás de la colina y descubrimos que la subida hasta la cima no era complicada, con muchos salientes y grietas, de manera que era casi tan fácil subir por allí como por una escalera. Después de escalar unos veinticinco o treinta metros, llegamos al sitio donde estaba el agua y comprobamos que nuestros compañeros no habían exagerado, ya que el charco tenía casi seis metros de largo por cuatro de ancho, y era tan transparente como si de un manantial se tratase; sin embargo, tenía una profundidad considerable, como comprobamos metiendo una lanza. "



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