Los indios de México (fragmento)Fernando Benítez
Los indios de México (fragmento)

"La náusea. La mosca vuelve tenaz y otra vez la ahuyento. Zumba golpeándose con la lámpara. Zumbido musical, sordo y rítmico, adormecedor. El mundo se ha vaciado. No oigo el ruido de la calle. Afuera es la oscuridad, la oscuridad opresora del abandono, de la soledad desgarradora. Ha cesado la música. La mosca está inmóvil sobre una rosa. Tomo la servilleta doblada y se la tiro encima; el jarrón cae en el mantel, se riega el agua y las rosas se deshojan. La mosca escapa y va a pararse en mi boca. Siento su contacto frío, su cosquilleo frío y la persigo con la servilleta hasta que se escapa por la ventana.
Vuelvo a sentarme. Los tubos amarillentos, los rombos encarnados tapizan la habitación y me aíslan, me confinan, me producen una terrible angustia. Estoy solo. Comprendo. Comprendo al fin. Esa mosca era ella y no volveré a verla. ¿No hay un contraveneno? Quiero salir. Quiero escaparme. Beatriz, dame la mano; tú eres el contraveneno. Beatriz permanece callada y su silencio es un plástico espeso, aislante, irracional.
Ser Dios es estar envenenado.
En el éxtasis no estoy solo. Soy como los niños o como los perros que se superan cuando tienen espectadores de sus gracias. Soy un histrión que necesita un público.
El éxtasis es estar envenenado. Ser dios es estar envenenado. El veneno es la sustancia de que está hecho Dios. Dame otra copa de veneno. Veneno igual a euforia, igual a vuelo, igual a fuerza, igual a locura.
Laberinto. Tengo el hilo para salir del laberinto. Pecera. Acuario. ¿Soy yo el pez? ¿Soy el visitante del acuario? Me río. ¿Por qué me río? Porque me río haciendo burbujas, porque yo mismo soy una burbuja, una burbuja como una pompa de jabón, una burbuja irisada, una burbuja de plástico, un globo traslúcido, una retorta, una esfera de cristal que rueda sobre un tobogán de cristal, que rueda, que rueda con otras esferas, con millares de esferas. "



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