Tres vidas (fragmento)Gertrude Stein
Tres vidas (fragmento)

"Era un temprano día de primavera en el sur. Los campos y los bosques estaban pesados de las húmedas lluvias. Los caballos arrastraban el carruaje lentamente sobre el largo camino pegajoso, de barro marrón y áspero con masas de piedras lanzadas aquí y allá para ser rotas y pisadas por los grupos que pasarían después. A través de la húmeda tierra estaba el plumaje primaveral, el brote de pequeñas flores, de jóvenes hojas y de helechos. Las tres colinas estaban rojas y amarillas, con brillantes destellos blancos y verdes magníficos. Abajo todo el aire estaba lleno de neblina elevándose desde la pesada y empapada agua en la tierra, mezclada con el cálido y placentero olor del humo azul de los fuegos primaverales en todos los campos abiertos. Y sobre todo esto estaba el claro y elevado aire, y las canciones de los pájaros y la alegría de los rayos del sol y de los días alargándose. La languidez y el revuelo, el calor y el peso y el fuerte sentido de vida de las profundidades de la tierra que llega siempre con la temprana y húmeda primavera, cuando no es respondida con una activa y ferviente alegría, siempre da enojo, irritación y descontento. Para Ana allí sola en el carruaje, siempre atraída por la lucha con su señora, la calidez, la lentitud, el salto sobre las piedras, el vapor de los caballos, los llantos de los hombres y animales y pájaros, y la nueva vida a su alrededor eran simplemente enloquecedoras.
-Baby! Si no te quedas quieto, creo que te mataré. No puedo soportar esto más-."



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