Fe en un árbol (fragmento)Grace Paley
Fe en un árbol (fragmento)

"Pese a no tener educación, la señora Finn siempre está más al tanto que yo de lo que significan las palabras. Sobre todo, de lo que significan Bueno y Malo. Mis limitaciones lingüísticas son muy reales a ese respecto. Mi vocabulario es adecuado para escribir notas y llevar diarios, pero absolutamente inútil para una vida moral activa. Si conociera realmente ese lenguaje, sin duda, tendría en la cabeza, lo mismo que está en el Webster o el diccionario de argot, ese insustituible verbo destinado a explicar a una persona como yo qué es lo que hay que hacer.
La señora Finn conoce mis problemas, porque no los escondo en absoluto. Y los recuerdo particularmente en este momento, pues la veo de tamaño casi natural, situada en la zona de juegos a causa de Wyllie, que se ha dejado deslizar del puente superior del busto coloreado de su madre para admirar todas las bicis inglesas colocadas en hilera en el puesto de bicicletas del parque. Por cierto, ése es el motivo de que su hermano Junior esté encerrado: el amor que lo llevó a la posesión. Al principio, su padre le azotaba en el trasero, siguiendo aquella delicada pauta conocida por generaciones de papis que trabajaban en casa antes de que surgiesen el industrialismo y la terapia de grupo. Luego, el señor Finn recordó su infancia y que todo venía de la caída de Adán, por lo que no era culpa de Junior. Ahora, los Finn nunca ven una bici de carreras italiana de diez velocidades sin que toda la familia suspire por Junior, que aún no está en casa por culpa de ciento setenta y tantas bicis de las que se enamoró.
Algo no funciona en los inquilinos siguientes: la señora Finn, la señora Raftery, Ginnie y yo. Todos los demás vecinos del edificio están subiendo la escalera de nuestra sociedad opulenta: pasan de cinco a diez años en pisos de renta baja, y luego parten a Jersey o Bridgeport. Pero nuestras cuatro unidades familiares, como se dice ahora, están condenadas a permanecer culturalmente inmóviles mientras esta sociedad avanza aplastándolo todo con sus cadenas de oruga y pasa del modesto bienestar a la opulencia imperial. Teniendo todo esto en cuenta, enumero nombres y fechas. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com