La insurrección de Kronstadt (fragmento)Alexander Berkman
La insurrección de Kronstadt (fragmento)

"Toda la jornada del 10 de marzo la artillería de los comunistas bombardeó sin cesar desde las costas del sur y del norte. En la noche del 12 al 13 los comunistas atacaron por el sur, habiendo recurrido nuevamente a los blancos sudarios y sacrificando varios centenares de kursanty. Kronstadt se batía con encarnizamiento, a pesar de las numerosas noches en vela y de la falta de hombres y de víveres. Luchaba con un heroísmo extraordinario contra los asaltos simultáneos del norte, del este y del sur, en tanto que las baterías de Kronstadt no servían más que para defender la fortaleza por el lado occidental. Los marinos no tenían ni un rompehielos para imposibilitar la aproximación de las fuerzas comunistas.
El 16 de marzo los bolcheviques dirigieron un ataque concentrado por tres sectores a la vez: norte, sur y este. «El plan de ataque -describió más tarde Dibenko, excomisario bolchevique de la flota, y más tarde dictador de Kronstadt- fue elaborado en sus detalles más minuciosos según las directivas del comandante en jefe Tujachevsky y del estado mayor del ejército del sur. Al llegar la noche se inició el ataque a los fuertes. Los blancos sudarios y el valor de los kursanty nos dieron la posibilidad de avanzar en columnas.»
La mañana del 17 habían sido tomados ya varios fuertes por la puerta de Petrogrado, el punto más débil de Kronstadt; los bolcheviques forzaron su entrada en la ciudad; entonces comenzó la masacre brutal. Los comunistas, cuyas vidas habían sido salvadas por los marinos, los traicionaban ahora, atacándolos por la espalda. El comisario de la flota del Báltico, Kuzmin, y el presidente del Soviet de Kronstadt, Vasiliev, libertados de la prisión por los comunistas, se lanzaron al combate fratricida. La lucha desesperada de los marinos y soldados de Kronstadt continuó hasta avanzada la noche contra fuerzas de una superioridad aplastante. La ciudad, que durante quince días no había hecho mal alguno a los comunistas, estaba inundada ahora por la sangre de hombres, mujeres y niños de Kronstadt.
Nombrado comisario de Kronstadt, Dibenko fue investido con plenos poderes para «limpiar la ciudad rebelde». Siguió una orgía de venganza, y la Checa contaba las numerosas víctimas de sus ejecuciones nocturnas en masa.
El 18 de marzo, el gobierno bolchevique y el partido comunista festejaban públicamente la Comuna de París de 1871 ahogada en la sangre de los obreros franceses por Gallifet y Thiers. Celebraron al mismo tiempo la victoria de Kronstadt.
Durante las semanas que siguieron las prisiones de Petrogrado estuvieron repletas de centenares de prisioneros de Kronstadt. Cada noche, pequeños grupos de estos prisioneros eran sacados por orden de la Checa y fusilados; entre ellos, Perepelkin, miembro del Comité revolucionario provisional de Kronstadt. "



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