Dos amores (fragmento) "Por fin llegó el día fatal, y probablemente, su padre, se pasó la noche como la anterior, formando vaporosos castillos en el aire, proyectos y cálculos lisonjeros, que al compás de las horas se desbarataban lo mismo que las nieblas al compás del calor solar. Resuelta a no dejar solo a su padre ni un punto en el trance amargo que le preparaba la desgracia aquel día, conoció que necesitaba de toda su astucia, de toda su discreción y de toda la fuerza de su alma apasionada para retenerle en casa y hacerle más llevadero el golpe terrible. El mercader le había cobrado tal afición a su tienda, estaban de tal modo encarnados en su corazón el oficio y la granjería en que empleó más de un tercio de su vida, que era un sacrificio inmenso, superior a sus fuerzas, el que exigían de él el honor y la necesidad de consumo. " epdlp.com |