La casa del callejón (fragmento)David Mitchell
La casa del callejón (fragmento)

"Me atasco entre el «Gracias» y el «Sí», así que al final me sale un «Grasí». Avergonzada, sigo sus instrucciones hasta llegar a una sala de televisión donde hay un grupo de tíos sentados en el sofá viendo El exorcista, pero no me quedo. El exorcista era lo que estaban poniendo en la fiesta en Malvern donde perdí la virginidad con el exnovio de mi mejor amiga de la época, un tal Piers. No es un recuerdo que me encante. Isolde Delahunty le contó a toda la escuela la «gran noche» de Oinc Oinc, por supuesto, y le dio publicidad a lo que Piers dijo después de mí. Ahora estoy en un pasillo con luz azul en el que resuena «Hyperballad», de Björk. Paso junto a un par de puertas altas y miro al interior. Unas treinta personas están bailando en una especie de antigua sala de fiestas iluminada por tenues bombillas anaranjadas. Algunos de los que bailan llevan puesto solo medio disfraz, otros llevan solo camisetas o chaquetas. Veo a Lance, que se pasa la mano por su propio torso y cuello. Sacude la melena casposa, me ve en la puerta y con el dedo me hace señas de que entre, en plan dios del sexo. Corro por el gélido pasillo antes de vomitar al doblar una esquina, subir unas escaleras y bajar otras hasta que encuentro una ventana en saledizo con una vista que podría ser lo que hay delante de Slade House, dos grandes jambas, aunque las farolas y las sombras de los árboles y las líneas están desdibujadas por la neblina y las ventanas con parteluces empañadas, y para ser sinceros me he dejado el sentido de la orientación en la cocina. «Hyperballad» se ha convertido en «Safe from Harm» de Massive Attack. Fern pronuncia mi nombre. Está tumbada en un sofá gigante con una túnica puesta; tiene un cigarrillo francés en una mano y una copa en la otra, como si estuviese en medio de una sesión de fotos. "


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