Las manos pequeñas (fragmento)Andrés Barba
Las manos pequeñas (fragmento)

"Cuando sale al patio las niñas dejan de jugar y se vuelven hacia ella. Ahora que Marina ha triunfado ya no hay excusa para que el miedo y el contacto no se precipiten. Marina se acerca hasta donde están y sonríe. Ellas, sin embargo, permanecen detenidas en la seriedad.
Marina no cenó aquella noche tampoco, ni desayunó al día siguiente. Cuando llegó a la comida llevaba un día exacto sin probar bocado. Aunque en cada una de las comidas las adultas habían incrementado la violencia para que comiera, Marina no había cedido. Cada vez salía un poco más tarde del comedor, un poco más cansada. Cada batalla era definitiva. Había algo majestuoso y duro en la palidez de Marina cuando salía del comedor, una especie de máscara ritual, depositaria de una fuerza inconcebible para las otras. Si se hubieran marchado las adultas del orfanato en ese mismo momento y las hubieran dejado solas, tal vez al entrar Marina en el jardín las niñas se habrían postrado silenciosamente y la habrían adorado.
También su gesto había cambiado; cercano ahora al de un lince, al de una gata. Sus movimientos eran felinos, quizá por la debilidad. Caminaba a pasos espaciados, pero aplicando a sus gestos una especie de descarga nerviosa al final, lo que la hacía parecer constantemente en tensión. Hasta sus ojos parecían haber cambiado de color. Tenían al mismo tiempo una cualidad desafiante y hermética, como si la batalla se estuviese produciendo sólo en su interior y probara una absoluta indiferencia por lo que sucedía a su alrededor.
En aquel recreo anterior a la comida, un día después de que Marina decidiera dejar de comer, las niñas jugaban a la comba en el lado opuesto del jardín. Era como si la hubiesen encerrado en aquella esquina; la querían quieta. Y aunque realmente lo estaba, nunca había sido tan amenazante como entonces. Una de las niñas se desgajó del grupo y se acercó tímidamente hasta ella. Lo había hecho tan lentamente, sus pasos habían sido tan temerosos que no percibió que quería acercarse hasta que estuvo prácticamente a su lado. Aunque no prestara atención a la niña, la niña seguiría así, siempre acercándose. ¿Cuál era su nombre? No lo tenía aún. Por fin se miraron. "



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