Mefistófeles y el andrógino (fragmento)Mircea Eliade
Mefistófeles y el andrógino (fragmento)

"Según los naasenos, el drama cósmico comporta tres elementos: 1° El Logos preexistente en tanto que totalidad divina y universal; 2° La caída, que tuvo como resultado la fragmentación de la creación y el sufrimiento, y 3.°, la venida del Salvador, que devolverá su unidad a los infinitos fragmentos que constituyen actualmente el universo. Para los naasenos, el andrógino es uno de los momentos en el grandioso proceso de totalización cósmica.
En la Epístola de Eugnostio el Bienaventurado, cuyos dos manuscritos han sido recientemente descubiertos en Khénoboskion, el Padre engendra de sí mismo un ser humano andrógino. Éste, uniéndose con Sofía, procrea un hijo andrógino. «Este hijo es el Padre primer engendrador, el Hijo del Hombre, que se llama también Adán de la luz. [...] Éste se une con su Sofía y engendra una gran luz andrógina, que es, por su nombre masculino, el Salvador, creador de todas las cosas, y por su nombre femenino, Sofía, generadora de todo, que se llama también Pistis. Por estas dos últimas entidades son engendradas otras seis parejas de andróginos espirituales, que a su vez engendran setenta y dos, después trescientas setenta entidades...». Como se ve, se trata de una progresión a partir de un Padre andrógino y que se repite en forma de tramos decrecientes (cada vez más alejados del «centro» en que se encuentra el Padre autógeno). "



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