La concesión del teléfono (fragmento)Andrea Camilleri
La concesión del teléfono (fragmento)

"El comendador, por despecho, me ha hecho quemar el velocípedo de motor, estoy seguro de ello por una serie de cosas que sería largo explicarle. No satisfecho con eso, ha obligado al caballero Mancuso a decir un tajante «no», sin explicaciones, a mi solicitud de pasar los postes del teléfono por sus terrenos. Lo mismo ha hecho con Mariano Giacalone, quien ha fingido volverse estúpido de golpe y, por tanto, no estar en condiciones de poner ninguna firma. También estoy seguro, a la luz de cuanto he sabido, que detrás de la carta de la firma Sparapiano, que se niega a seguir vendiéndome madera, está don Lollò.
Padre querido y suegro reverenciado, le juro que en todo este asunto soy tan inocente como el Niño Jesús, sólo le he hecho un favor al comendador, al que creía amigo. Pienso que es mejor para mí cambiar de aires durante algún tiempo, antes de que don Lollò tenga la ocurrencia de hacerme tirar al mar con un ancla al cuello.
Taninè conoce mi dirección y se la dará de viva voz. También le entregará las llaves del almacén, ocúpese usted dentro de lo que pueda.
Si llega correspondencia para mí, cada dos o tres cartas, las pone en un sobre grande y me las expide, cuidando de que nadie pueda leer la dirección y descubrir dónde me encuentro. Por necesidad, he tenido que coger todo el dinero que tenía en casa: ¿quiere pensar usted en su hija? Luego me dirá cuánto le ha dado.
Taninè, además de ésta mía, le llevará también la carta que me mandó ese falaz amigo de Palermo dándome la falsa dirección de Sasà. Esta carta es la base de mis desgracias. Si por casualidad se encuentra con el comendador Longhitano (sé que usted no quiere tener nada que ver con ese hombre), busque la manera de hacérsela ver. Ella me excusa completamente y clama mi perfecta buena fe. "



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