El río del Edén (fragmento)José María Merino
El río del Edén (fragmento)

"Su disposición te hizo detenerte, y la miraste alejarse calle arriba, pero en ti había despertado tanta desazón aquel encuentro, que aunque por una parte pensabas que profundizar en ello solo te podría acarrear mayor fastidio, por otra temías que tu enfado, tu radical ruptura, tu alejamiento, solo hubiesen resultado fruto de un nefasto malentendido, y necesitabas desvelarlo.
Con esa inquietud, telefoneabas a Tere cada día, por la tarde, cuando imaginabas que estaba en casa, siendo rechazado con la misma energía con que lo habías sido aquella mañana, por ella las primeras veces, luego por una voz femenina que no era la de ella, que te maltrataba y escarnecía.
Decidiste por fin escribirle una carta en la que explicaste con meticulosidad tu versión de lo sucedido: era una carta ecléctica, en cuya redacción habían participado los dos Danieles no sin pugna, en ella hacías el repertorio de tus agravios pero también dejabas abierta la posibilidad de que por parte tuya hubiese habido errores de perspectiva. El dichoso problema de la perspectiva, que las palabras de Silvio te han hecho considerar, la piedrecita que para la hormiga es una montaña, la montaña que resulta invisible para la hormiga.
Ahora comprendes que no sabes muy bien lo que pretendías, que no buscabas exactamente una reconciliación, o al menos no eras consciente de ello, porque a pesar de lo mucho que te habías vuelto a sentir atraído hacia Tere, intentabas ante todo esclarecer y sacar consecuencias de aquel conjunto de oscuras hipótesis por las que el Daniel malintencionado había juzgado su conducta como torticera y desleal. No se trataba tanto de ajustar las cuentas con Tere cuanto de ajustarlas contigo mismo, de intentar que los dos Danieles tuviesen que ponerse de acuerdo.
Tan obsesionado estabas con el asunto, que rechazaste una cita de Gisela con el pretexto de ciertos compromisos familiares, y tu excusa no debió de resultarle muy convincente, porque te miró de una forma desusada en ella, entre suspicaz y sarcástica, pero no pidió explicaciones. "



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