Ágape se paga (fragmento)William Gaddis
Ágape se paga (fragmento)

"¡Ahí está todo el asunto! Es la prueba de todo, de toda mi idea de toda mi tesis del entretenimiento que es el padre de la tecnología tendría que poder escribir y publicar un trabajo desgajado de este proyecto inmenso combinarlo con la autenticidad que se preserva en la música misma y en la fugacidad de la interpretación de tal o cual intérprete espléndido o del compositor mismo como Grieg cuando tocó su aborrecible Marcha nupcial un trozo de papel aquí en alguna parte tiene que estar a ver si lo pongo todo por escrito antes que alguien venga a robármelo faltaría más, claro que si lo pongo por escrito es casi una invitación a que me lo roben, a que lo distribuyan por correo si quieren ahí se está secando una cosa que escribí porque éste es el meollo de la cuestión exactamente desde el punto de partida, ¿lo ves o no lo ves? Vuelta al flautista de Vaucanson que nos da el telar de Jacquard que nos da el placer pernicioso en todas las circunstancias y el terrible catecismo de Pitágoras aquí está mojado como una gallina de pronto ya lo ves el sobaco se me ha puesto azul real ni siquiera me lo he tenido que golpear con nada, debe de haber sido sólo de oprimir mi peso en esa zona para disponer de, un poco de, recobrar el resuello evitar el estrés quitarte de la cabeza él, vuelta a la pantomima y a los clones y a la mecanización de todo lo que a la vista está, el entretenimiento el ocio le llaman y el sistema binario y el ordenador del todo o nada que es de donde proviene toda esta tecnología de entrada, la verdad es que me importa un comino, todo me importa un comino, como ese peligroso demonio al que no se puede controlar y que no es parte de ti pero que te puede obligar a hacer cosas que tú, se me parte en dos la cabeza aprieto las muelas hasta triturármelas si alguien me oyera pensaría que estoy majareta sí a lo mejor lo estoy tengo que volver al, eso lo he perdido, sí, a lo mejor por eso he de volver al, a las cosas que se pueden pesar y contar y medir la tecnología Dios del cielo ¡sí, la tecnología! ¿Hace cien años para medir el tiempo era necesario un martinete que caía en el último octavo de pulgada de una cinta con una precisión de cincuenta y una centésimas de segundo? Puede que sí, pero no para que se produjera un gran avance en la medicina, no, ni en el diseño de armas avanzadas, ni en la aero, aerodinámica, ni en el terreno del entretenimiento mismo, ni para el placer en su forma más elevada que es la música para entretener a las clases ociosas, a la élite culta y adinerada de Platón y que se ensanche el abismo, eso es, entre el siglo XVIII de Huizinga, cuando el placer estético radicaba en la adoración del arte y era privilegio de unos pocos, y esta democracia en la que cualquier hombre es el artista que necesita ser para su propio consumo, que es donde estamos hoy, esta democracia de las personas al azar de Platón y de disponer del arte sin necesidad del artista porque éste es una amenaza, porque el artista creador tiene que ser una amenaza, de modo que lo anega del todo el intérprete, la pantomima de la imitación. "


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