No era de los nuestros (fragmento)Josep Vidal Cadellans
No era de los nuestros (fragmento)

"Sintió ciertos deseos de cantar o de gritar para expresar su extraña alegría, su reconfortante alegría. Se alegraba de que Jaime Arias hubiera robado de aquel modo tan sin paliativo. Se alegraba por lo que significaba para ella, por la oportunidad de autojustificación que para ella suponía la caída y el hundimiento definitivo de Jaime Arias. Lo lamentaba en cambio por José Antonio.
Quería a José Antonio. ¿Era acaso imposible? La gente imaginaba a las mujeres como ella igual que bestezuelas perezosas, muchachas ignorantes, reñidas con el trabajo, fumando lánguidamente con largas boquillas, tumbadas todo el día en divanes de color rojo, desnudas o al menos medio desnudas. Prostitutas con suerte. Se le endureció el rostro. ¡Prostitutas con suerte!
Prostitutas eran las mujeres que se entregaban por dinero. Implacablemente se dijo a sí misma que muchas mujeres honorablemente casadas no eran más que honorables prostitutas. Prostitución eran los matrimonios de conveniencia, los matrimonios sin amor. Se alegraba de que Jaime Arias hubiera caído tan bajo, se alegraba salvajemente. Hubiera ido a ver a la mujer de José Antonio, a aquella farisea erguida como un huso, huesuda, vestida hasta el cuello de severo color negro, para gritarle rabiosamente. "



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