Miedo (fragmento)Stefan Zweig
Miedo (fragmento)

"Un caballero la saludó. Levantó la vista y se encontró con un amigo de su familia al que conocía desde su juventud. Era un hombre con barba gris, amable, pero extraordinariamente hablador, al que procuraba evitar, porque tenía la costumbre de pasarse horas importunándole a uno con sus pequeñas dolencias físicas, casi siempre imaginarias. Sin embargo, en esta ocasión lamentó haberse limitado a responder a su saludo y haber seguido su camino sin pedir que la acompañase. Un conocido podía protegerla si la chantajista decidía abordarla en la calle. Vaciló y pensó en darse la vuelta, pero le pareció que alguien se acercaba a ella con rapidez, y automáticamente, sin pararse a pensar, continuó avanzando con decisión. El miedo aguzaba sus sentidos. Notaba a su espalda la presencia de alguien que se aproximaba a ella a toda prisa. Horrorizada, empezó a correr cada vez más rápido, aunque sabía que al final no podría escapar de su perseguidora. Sus hombros se estremecían presintiendo el tacto de aquella mano. Los pasos sonaban cada vez más cerca. La alcanzaría en cualquier instante. Cuanto más apretaba el paso, más pesadas sentía las rodillas. Ahora estaba justo detrás de ella. Oyó que la llamaba por su nombre. ¡Irene! Sin embargo, la voz no era como la recordaba, no era la voz que ella temía, la de la terrible mensajera de la desdicha. Respiró hondo y se volvió. Era su amante, que a punto estuvo de chocar con ella, cuando se detuvo en seco. Su pálido rostro revelaba una confusa excitación y ahora, al enfrentarse a la desconcertante mirada de ella, incluso vergüenza. Inseguro, levantó la mano para saludar y enseguida, al ver que ella no le ofrecía la suya, la dejó caer. Ella lo miró fijamente unos segundos, tratando de asimilar aquel inesperado encuentro. No habían pasado más que unos días desde aquella última cita, pero el miedo había hecho que se olvidase de él. Ahora que tenía delante su rostro pálido, con aquella expresión vacía, perpleja, que se dibuja en los ojos de quien no encuentra respuesta a sus preguntas, una ardiente ola de rabia se elevó de repente dentro de ella. "


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