Historia de una muñeca contada por ella misma (fragmento) "Al día siguiente llegaron varias cartas llamando a Don Manuel a la corte, donde decían reclamaba la patria sus servicios y su apoyo. Jamás hubiera creído que podía necesitar la patria a un hombre que dos días antes se ocupaba no más que de la recolección y de las viñas, y entonces pude ver cómo la política altera el orden y la paz de las familias, y lo que es más, la tranquilidad de las muñecas. Se habló de volver inmediatamente a la corte, y los niños, muy gozosos con tal nueva, apenas se ocupaban de mí; temor abrigué de que me dejaran abandonada en aquel pueblo, pero no fue así. Adolfo, que era más entrañable en sus afectos, habló de guardar sus juguetes más estimados, y entonces dijo la doncella: -Bien, te guardaré en mi mundo los soldados, el rompecabezas y el titiritero; si quiere Carmen, también pondré su muñeca. -Bien -dijo la niña. Esta fría condescendencia me volvió a la corte. No fue este viaje tan grato como habían sido los anteriores; porque en ellos, en brazos de María y asomada a la ventanilla del coche, fui admirando el paisaje; ahora caminaba en el furgón de equipajes, metida dentro de un baúl; pero la idea de que al salir de allí me encontraría de nuevo en Madrid, me hacía soportable mi encierro. " epdlp.com |