Un susurro en la oscuridad (fragmento)Louisa May Alcott
Un susurro en la oscuridad (fragmento)

"Mi tío giró sobre sus talones y miró al recién llegado con atención, mientras éste repetía sus palabras. No me cabe duda de que yo debía de parecer una pobre demenciada, estando como estaba encolerizada hasta la desesperación, y pálida y temblorosa por la excitación nerviosa; y mientras ellos me observaban con una curiosa expresión de alarma en sus semblantes, la certeza de la absurdidad del espectáculo se apoderó repentinamente de mí; reí histéricamente durante un momento, y a continuación prorrumpí en un apasionado estallido de lágrimas muy amargas recordando que Guy se había marchado, tal vez para siempre. Mientras así sollozaba, con el rostro enterrado entre las manos, me percaté de que los caballeros susurraban entre sí, y que lo hacían de mí; mas no les presté atención, pues conforme lloraba me iba calmando a mí misma, y un pensamiento reconfortante acudió en mi auxilio: mi primo no podía haber ido muy lejos, por el mero hecho de que Sultán había estado fuera todo el día, y Guy, aunque imprudente consigo mismo, no lo sería con su caballo, al que quería como a un ser humano; por consiguiente, él se encontraría, indudablemente, en casa de algún conocido de los alrededores. Si yo lograba escapar sin ser vista, quizá estuviese a tiempo de reparar los daños causados por mi lamentable actuación, o al menos de verlo una vez más antes de que se lanzara al mundo, seguramente para no volver jamás. Esta esperanza me dio valor para cualquier cosa, y enjugando mis lágrimas, estudié con disimulo la situación. El doctor Karnac y mi tío estaban aún junto a la chimenea, absortos en su conversación en voz queda; sus espaldas estaban vueltas hacia mí, y, acallando el rumor del roce de mi falda, me deslicé con pasos suaves hasta el vestíbulo, me apoderé de la manta escocesa de Guy y, abriendo la gran puerta inadvertidamente, me precipité al exterior y eché a correr avenida abajo. "


El Poder de la Palabra
epdlp.com