El evangelio en triunfo, o historia de un filósofo desengañado (fragmento)Pablo de Olavide
El evangelio en triunfo, o historia de un filósofo desengañado (fragmento)

"El destino de los Inspectores y las Inspectoras es ocuparse con una vigilancia benéfica y activa en todo lo que es humanidad, asistencia, paz y concordia en el cuartel que les está señalado. Deben considerarse como el padre y la madre de todos los pobres que le habitan; como tutores de los niños huérfanos, y demás desvalidos que le pueblan; y como amigos de todos los vecinos. Así deben a todos socorro, consuelo, consejos y buenos servicios.
En primer lugar cuidarán de todos los enfermos pobres. Como ya están asalariados el Médico y Cirujano, los Inspectores no tienen otra cosa que hacer, sino atender a que las familias no se descuiden en avisarles a tiempo. En cuanto a la botica la Comisión se arreglará con el Boticario, a fin de que estos suministren a las familias los remedios que prescriban los Médicos en sus recetas; y cuidará de pagarles cada mes. Pero queda a su caridad y a su prudencia el arbitrio de dar a las familias algún socorro; si por la enfermedad del padre quedan en la miseria, y sobre todo consolarlos y dirigirlos.
Cuidarán también de las mujeres que estén cerca de parir; si vieren que no tienen con qué envolver la criatura, pedirán a la Comisión de Señoras, que les den una envoltura de las que deben estar prevenidas en el almacén. En el parto las darán los alivios que puedan, sobre todo los que no se bailan en la botica, como podría ser vino y azúcar. Contribuirán a que las madres, si no tienen alguna imposibilidad física, sigan el instinto de la naturaleza, y críen a sus propios hijos, y si muriere la madre, buscarán los medios de hacer criar a los niños. "



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