La crítica y la ficción (fragmento)William Dean Howells
La crítica y la ficción (fragmento)

"La historia de toda la literatura muestra que, incluso en el caso del autor más joven y débil, la crítica es totalmente impotente a la hora de combatir su deseo de hacer su trabajo a su manera; y si es así en el caso de la leña verde, ¡cuanto más en el de la seca! El sentimental ha llegado a pensar que la crítica, si no puede curar, puede al menos matar, y durante mucho tiempo se alegó el caso de Keats como prueba de la eficacia de aquélla en esta línea. Pero la crítica ni curó ni mató a Keats, como todos sabemos muy bien ahora. Sin duda que le lastimó, le hirió cruelmente; y el crítico siempre tiene la posibilidad de causar dolor al autor — el crítico más mezquino al autor más grande — porque nadie puede evitar ser sensible a una grosería. Pero todos los movimientos literarios han soportado una oposición violenta en sus inicios, y sin embargo no se han visto nunca frenados lo más mínimo, o detenidos, por la crítica; todos los autores han sido condenados por sus virtudes, pero de ningún modo la crítica les ha hecho cambiar. Al principio leen a los críticos; pero como pronto se dan cuenta de que únicamente ellos se hacen o se echan a perder a sí mismos, y de que los críticos no tienen nada que enseñarles, la mayoría de las veces los autores dejan de leerlos, aunque siempre se alegren de la amabilidad de aquéllos o se sientan apenados por su severidad cuando se topan con ella. Esta, creo yo, es la experiencia general, modificada, por supuesto, por las excepciones.
¿No tenemos, entonces, los críticos ninguna utilidad? No me gustaría pensar eso, aunque aún no me siento muy capaz de decir para qué servimos. Más de un pensador juicioso tiende actualmente a sospechar que en lo estético o específico no tenemos utilidad, y que sólo somos útiles desde el punto de vista histórico; que podemos instaurar leyes, pero no hacerlas cumplir. No estoy del todo dispuesto a admitir que la crítica estética sea inútil, aunque en vista de su futilidad en cualquier caso concreto es difícil negar que lo sea. Ciertamente parece tan ineficaz cuando se refiere a un libro que se gana las simpatías populares, y continúa prosperando a pesar de ser condenado por los mejores críticos, como cuando se trata de un libro que por lo general no gusta, y que ningún apoyo crítico puede convertir en aceptable. Este fenómeno es tan común que me maravillo de que nunca hasta el momento haya dado a entender a la crítica que su punto de vista estaba totalmente equivocado, y que era realmente necesario juzgar los libros no como cosas muertas, sino como cosas vivas — cosas que tienen una influencia y un poder sin relación con la belleza y la sabiduría, y sencillamente como expresiones de la realidad en el pensamiento y el sentimiento. "



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