Que por ti perdíJoaquim Manuel Magalhães
Que por ti perdí

"El mar dentro del árbol, las nubes
dentro de la tierra sin fin,
la luz. La luz dentro de otra luz
que limita las manos y las abre
para otras manos dentro de una mirada.

Bate en el horno los vientos.
Un cáliz de cristal grueso con el licor
de fermentación casera. Un plato
con avellanas y nueces y hojas de madroño.
En los márgenes las ventanas cerradas
vencen un halo de lámpara de calle
que se difunde en la fluorescencia del televisor,
en la palidez rubia de las pequeñas luces de la radio.

La última claridad del día se mezcla
con la primera de la noche.
Este viento en la autopista donde rebosa la lluvia
no me va a forzar el corazón; ni estos setos
de las cadenas de cemento suspenderán el vuelo
de lo que soy hasta lo que no soy. Pero será
la caricia que en el cinturón tiembla, el calor del cuello
descubierto, los vientos de la silla de donde te levantas
cuando estás casi para sentarte.

Entre ejes de césped desigual,
válido por descuidado abrigan
máquinas de desolación.
Formaciones de patos atraviesan
el cristal pulido del postigo.
El día golpea el periódico reposando
sobre la manta de color marrón que sostiene
las rodillas de tu silencio interior.
Otras veces, corres las persianas,
un globo de lona ilumina el libro
en la pequeña mesa, un alambre de flores
colgado en una viga y el armario
con los objetos de estaño y meditación.

La vida se acumula en roldanas alrededor de todo,
un humo que sube durante la noche sobre los mapas
en la pared desnuda, hay tanto que nos olvidamos
de los desdoblamientos, de que por ellos llegaríamos a los confines
de nuestro mundo. Y ya estamos desapareciendo. "



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