La jaula del mundo (fragmento)José Fernández Bremón
La jaula del mundo (fragmento)

"Y el árbol, en razonado discurso, demostró al clavel que siendo sus hojas en forma de púas, él debía ser el que pinchara, y no viéndose de cerca las espinas de la ortiga, tenía que ser insignificante la molestia que debían producir. En vano replicó el clavel que la misma sutileza y pequeñez de esos aguijones, los hacía más penetrantes. Todas las plantas cercanas convinieron en que el clavel no tenía razón, por no estar demostrado lo principal: que tuviera pinchos la ortiga.
[...]
El cielo, cubierto de nubarrones y rasgado de relámpagos, amenazaba concluir con todo lo creado. Buscaban asilo los hombres, las fieras, los insectos y las aves, en chozas, cavernas, agujeros y techados; temblaban las hojas, y las flores y las ramas se apaleaban como locas.
[...]
El trueno enmudeció y el viento se detuvo humildemente. Los hombres que rezaban aterrados tuvieron valor de levantarse: sacudieron las aves sus mojadas plumas: resbalaron las últimas gotas de agua por las hojas: volvieron a su lecho los arroyos y las aves se atrevieron a cantar, y decían:
—Nadie es libre en este mundo: estamos encadenados hombres y fieras, insectos y plantas, las aguas y los vientos. Solo se escapan de la jaula los que mueren. ¿A dónde volarán? "



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