Autobiografía de Marilyn Monroe (fragmento)Rafael Reig
Autobiografía de Marilyn Monroe (fragmento)

"No me río de usted, Andy, no me río de nadie.
¿Usted cree que me será fácil tener hijos a mis años?
Usted no conoce mis condiciones físicas. He sufrido docenas de abortos, algunos en circunstancias terribles.
Lo lograré, claro que sí.
La belleza también es un castigo, se lo aseguro. Es lo mejor que poseo, mi belleza, pero también lo que más me hace sufrir. ¿Lo comprende? Me imagino que no. Si quiere que le diga la verdad, yo tampoco lo comprendo.
Además, la belleza es subjetiva.
Cierto, no del todo. Hay personas guapas y feas, eso es verdad. Pero hay personas feas con una cierta belleza, ¿no le parece a usted? Y al contrario.
Los antiguos se hacían la misma pregunta, desde luego, Platón y todos los demás. ¿Qué es la belleza?, se preguntaban. ¿En qué consiste? En los números, decían unos. Todo está relacionado con los números, así que también la belleza, que es cuestión de proporciones, de números. 95-58-91. Esas son mis medidas, ¿qué le parece, Andy? ¡La armonía!, decían otros, la clave de la belleza es la armonía. Ni hablar de eso, contestaban otros, se trata de la simetría. Y así durante siglos. Que si lo uno o que si lo otro. Se han pasado siglos discutiendo eso, intentando averiguar en qué consiste la belleza. Querían saber por qué nos sacude de pronto la contemplación de la belleza, por qué nos hace felices y a la vez nos hace daño. Y no han llegado a ningún resultado satisfactorio, todos los grandes sabios del mundo no han podido averiguarlo, así que, ¿qué quiere que le diga?
Mire, lo que yo creo es que unos tenían más razón que otros. La belleza no consiste en medidas, en números, en armonía o en simetría. Nada de eso.
La belleza está en el movimiento, como sospechaban algunos. Eso es lo que yo creo. Es un atributo que solo se pone de manifiesto a través del movimiento. Por eso la belleza no se puede poseer ni atesorar; se puede sentir, se puede incluso padecer, se puede contemplar, pero no se puede comprender, puesto que no es una cuestión de simetría o proporciones, no tiene nada que ver con los números ni es posible explicarla. Es solo una cuestión de movimiento, así que, en presencia de la belleza, lo único que se puede hacer es avanzar a su lado un trecho del camino o resignarse a verla alejarse. Pero no se la puede apresar, no se la puede detener, porque la belleza no existe sin el movimiento. Es como una hoguera que, mientras está encendida, se mueve. Cuando ha dejado de moverse es que ya está apagada.
No se trata de la manera de andar. No es desplazamiento, sino movimiento. Es algo diferente. Por ejemplo, todos estamos más guapos cuando sonreímos, ¿no se ha dado cuenta? Pero no es eso tampoco. Hoy no me explico muy bien. Tiene que ver con el deseo. El deseo es movimiento, ¿no es verdad? No quiero decir que se satisfaga mediante el movimiento, lo cual a veces es verdad, por otra parte. Quiero decir que el deseo no significa otra cosa que el reconocimiento de la presencia de alguien fuera de uno mismo, y el impulso que lleva a aproximarse al otro. ¿Me comprende? "



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