Con rabia (fragmento)Lorenza Mazzetti
Con rabia (fragmento)

"Me miro al espejo. Mi cabello todavía es negro. La casa está llena de fantasmas gracias a Elsa, que la llena de duendes. Solo ellos, Annie, Marie, Katchen y el tío Robert, callan prudentemente, callan y no dicen nada. Con sus bocas abiertas, inexorablemente callan.
Elsa nos arropa bien con las mantas y luego se sienta a los pies de la cama. Como siempre, nos canta aquella maravillosa canción de misa que dice: «¡Ave! ¡Ave! ¡Ave Maria! ¡Ave! ¡Ave! ¡Ave Mariii-aaa!».
Después, Elsa se acuesta. Baby, pegada a mí, se duerme enseguida. Yo me quedo despierta. La casa gira con nosotras alrededor del Sol, mientras la Luna gira en torno a la Tierra provocando las altas y las bajas mareas.
Absorta con la luna, me siento extraña. Tengo la sensación de no pertenecer ni a los vivos ni a los muertos y de girar con el firmamento, pero en sentido contrario a la Tierra. Me quedo sola cuando Baby duerme. Absolutamente sola cuando Elsa y Baby duermen. El vacío invade la casa. Tengo miedo de esa ausencia absoluta de almas, la casa está vacía, ni un duendecillo ni un pequeño gnomo, también el cielo está vacío, ni una bruja, nada.
El vacío me da miedo. Si Baby no estuviera en mi cama me moriría de miedo. ¿Cómo es posible dormir solo?
Me acerco mucho a ella y le susurro algo al oído.
Baby iluminada por la luna.
Desearía que al menos ellos, los muertos, pudieran venir a visitarme.
Este silencio, el de ellos, es aterrador.
En plena madrugada me levanto despacio de mi cama, atravieso el largo pasillo atestado de cuadros, corro descalza por la alfombra de pelo rojo hasta la puerta de la habitación de Elsa, la abro y me meto en su cama. Elsa lo entiende todo y me abraza. Me hundo en el océano. Elsa sube la manta sobre mi espalda y siento cómo las olas se cierran sobre mí.
Mis lágrimas son de mar y el cabello largo de Elsa, suelto, son las algas que se pegan a mí. Elsa es la madre que perdí, es la Tierra, sus senos que suben y bajan son el ritmo del Universo. Elsa es fuerte como una roca, como una torre de marfil: de día se equivoca, de noche tiene razón. De día yo canto victoria con la boca llena de juicios, trampas y razones; de noche, Elsa crece como la hierba y
ocupa toda la casa, y hunde todos mis principios de cristal. De noche, Elsa ya no es Elsa. Está en su cama, con Dios entre los brazos. "



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